Monte Perdido

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lunes, 22 de abril de 2013

Los nuevos inviernos europeos (y del resto de latitudes medias del Norte ) II


Aquí se puede consultar la primera parte.

La temperatura superficial del aire en el Ártico ha aumentado en las últimas décadas, acompañada de una disminución rápida de la extensión de hielo. Este hecho ha coincidido con un serie de inviernos anormalmente fríos que se han producido en los continentes del hemisferio norte en latitudes medias con nevadas récord.
Cambios en la circulación atmosférica del Ártico pueden producir anomalías en la temperatura, la presión superficial  y sobre la deriva de  los hielos flotantes, lo cual a su vez puede tener también un efecto sobre la circulación atmosférica.



En otoño, el  hielo marino del Ártico juega un papel crítico en el sistema  climático con consecuencias en el invierno  siguiente. La reciente disminución en  otoño  del hielo marino puede contribuir a los inviernos fríos y nivosos en los continentes del norte. De acuerdo con las observaciones por satélite con datos válidos desde 1979, La superficie del hielo marino Ártico ha disminuido en todas las estaciones, principalmente durante el verano cuando la extensión del hielo perenne ha disminuido un  12% ​​por década. Los descensos en invierno son más moderados que en el verano, aunque datos recientes sugieren que la extensión del hielo antiguo se está reduciendo a un ritmo aún más rápido de un  15% aproximadamente entre  los inviernos de 1979 y 2011 con un valor mínimo histórico en 2008. La disminución de la banquisa  en invierno está relacionada con anomalías en la temperatura superficial del mar y los patrones de circulación del viento. La gran diferencia  entre invierno y verano en las tasas de disminución de la banquisa sugiere que la desaparición del hielo en diferentes estaciones del año se debe a diferentes causas. Las anomalías de la Banquisa en  invierno no pueden ser simplemente consideradas como anomalías del hielo marino persistentes del  anterior otoño.  Estas distinciones estacionales sugieren que la respuesta de la circulación atmosférica asociada en  invierno con la banquisa de otoño e invierno puede tener implicaciones para el clima en latitudes medias.
Las anomalías de la banquisa para el  periodo  1979-2011 en otoño e invierno árticos muestran que en  invierno la banquisa ha disminuido un 10% frente a un 24% en otoño, sin embargo  la reducción en invierno términos absolutos (1,5 millones de km2) es comparable en magnitud a la reducción de otoño (2,2 millones de km2).
Estudios matemáticos revelan que la reducción de la banquisa en invierno muestra  una variabilidad interanual diferente  a la reducción de la banquisa en otoño.  Además, el índice de la Oscilación Ártica en invierno muestra poca correlación con cualquiera de ellas.
la causalidad no puede ser confirmada debido a la gran variabilidad pero estos  patrones anómalos que relacionan la presión al nivel de mar y la banquisa invernal sugieren una conexión sustancial entre dicha banquisa invernal y anomalías de patrones climáticos en altas  latitudes. La anomalía de una alta presión sobre la mayor parte de Siberia asociada con una reducción de la banquisa de invierno es corroborada por el fortalecimiento y  expansión observados  de las altas presiones siberianas, lo que contribuye a inviernos severos en la región de Asia Oriental. La baja de la zona de las Aleutianas, por su parte, se ha fortalecido y desplazado hacia el sur, lo que junto con el anticiclón siberiano más potente, aumenta el gradiente de  presión entre ellos, lo que reforzaría el Monzón de invierno en el oriente de Asia y un enfriamiento anómalo  en  grandes zonas de Asia oriental.
Este  análisis pone de manifiesto que el cambio en la circulación atmosférica en invierno y la frecuencia de eventos fríos en las latitudes medias, en respuesta a la pérdida de hielo marino invernal es mayor y más amplia que la respuesta a la pérdida de hielo en otoño, incluso aunque el cambio fraccional en la pérdida de hielo es mayor en otoño.
Estos resultados apoyan el mecanismo en el que la pérdida del hielo marino fomenta la una superficie adicional de evaporación, que da como resultado anterior más humedad en la región y por tanto más nevadas en latitudes altas. La cubierta de nieve aísla antes el suelo y permite que la superficie se enfríe más rápidamente, derivando hacia el sur la región de temperaturas polares, y desplazando con ella el frente polar de vientos.  Mientras que las conexiones entre la pérdida de hielo marino y los patrones a gran escala en la circulación atmosférica en el hemisferio norte no pueden ser confirmadas través de análisis matemáticos, los resultados proporcionan una evidencia adicional de dicha relación. Si la cubierta de hielo sigue disminuyendo  se puede esperar ver  la expansión de los fríos extremos en invierno.


Marzo de 2013

Como ejemplo de ello, lo sucedido en Marzo de este mismo año. Mientras que un sistema meteorológico de alta presión trajo temperatura más cálida de lo normal a Groenlandia y el norte de Canadá, en marzo de 2013, gran parte de América del Norte, Europa y Asia se estremecieron durante semanas con temperaturas inusualmente frías. Los contrastes de temperatura no son una coincidencia: un mismo patrón inusual de presión en la alta atmósfera causó ambos eventos.
Los patrones de presión atmosférica están constantemente en proceso de cambio, ya que las masas de aire de diferentes temperaturas y densidades se mueven. Una medida clave de la presión que siguen de cerca los meteorólogos  es conocida como Índice de la Oscilación del Ártico (AO), la diferencia de presión relativa entre el las latitudes medias y las del  Ártico.  Los cambios en el AO tiene puede un gran impacto en los patrones climáticos en todo el mundo.
Cuando el índice AO se encuentra en su fase "positiva", la presión de aire en el Ártico es baja, la presión sobre las latitudes medias es alta, y los vientos predominantes confinan el aire extremadamente frío en el Ártico. Pero cuando el AO está en su fase  "negativa", el gradiente de presión se debilita. La presión sobre el Ártico no es tan baja y la presión en las latitudes medias no es tan alta. En esta fase negativa, la AO permite fluir  el aire  cálido del sur hacia el Ártico y viceversa.
A finales de marzo, la  AO cayó hasta -5.6. (Ver el gráfico), valor equiparable a mínimos históricos de dicho índice.

              Oscilación ártica


El mapa muestra  las anomalías de las temperaturas, con base en datos del espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) en el satélite Aqua de la NASA, se ve  cómo la OA afecta las temperaturas  en el hemisferio norte. El  mapa mundial muestra las anomalías de la temperatura superficial entre el 14 al 20 marzo 2013, en comparación con las mismas fechas de 2005 a 2012. Las zonas con temperaturas superiores a la media aparecen en rojo y naranja, y las áreas con temperaturas inferiores a la media aparecen en tonos de azul. Gran parte de Europa, Rusia y el este de Estados Unidos experimentaron temperaturas inusualmente frías, mientras que Groenlandia y Nunavut  eran sorprendentemente cálidas para la época del año.
        Anomalía temperaturas marzo 2013


Muchas partes del hemisferio norte,  estuvieron cerca de  récords  de bajas temperaturas. El Reino Unido experimentó el  marzo más frío desde 1962. A finales de marzo, las dos terceras partes de las estaciones meteorológicas en la República Checa se rompieron records. Alemania tuvo su marzo más frío desde 1883. Y Moscú tuvo su marzo más frío desde 1950.

Referencias:
Qiuhong Tang, Xuejun Zhang, Xiaohua Yang and
Jennifer A Francis


Marzo de 2013 en Earth Observatory de la NASA


miércoles, 13 de marzo de 2013

La banquisa ártica comienza su colapso en pleno invierno


El hielo marino del Ártico se acerca a su máximo invernal y pronto comenzará su declive estacional. La extensión del hielo sigue siendo inferior a la media, en parte debido a la persistencia de la fase negativa de la Oscilación Ártica que ha mantenido a las temperaturas invernales más cálidas que el promedio.

La extensión media del hielo marino para febrero de 2013 fue 14.660.000 kilómetros cuadrados. Esto es 980.000 kilómetros cuadrados  por debajo de la media 1979-2000 para febrero, y es la séptima superficie más baja para un mes de febrero desde que hay  registros por satélite. Desde el año 2004, el promedio de febrero se ha mantenido por debajo de 15 millones de kilómetros cuadrados cada año, excepto 2008. Antes de 2004, El valor de febrero nunca había sido inferior a 15 millones de kilómetros cuadrados. La extensión del hielo se mantiene ligeramente por debajo de la media en todas partes excepto en el Mar de Bering.

banquisa del ártico 2012-2013
           

viernes, 1 de marzo de 2013

Los nuevos inviernos europeos ( y norteamericanos)

Los últimos años desde 2008 se han sucedido en Europa y en Norteamérica inviernos extremadamente fríos y nivosos, azotados por tormentas invernales inesperadas, mientras que otras zonas (de Europa y Norteamérica) permanecían cálidas, en una década con los años más cálidos desde que hay registros. Según los últimos estudios estos inviernos son una desagradable sorpresa de las muchas que nos tiene reservadas el calentamiento global.



Dicho calentamiento ha venido produciendo una disminución gradual de la banquisa ártica (hielo marino) durante su mínimo anual de Septiembre, aunque el máximo se mantiene más o menos estable, el mínimo de Septiembre ha comenzado a disminuir de forma alarmante, hasta el punto de que estimaciones del IPCC de la desaparición total de la banquisa en verano inicialmente previstas para final de siglo XXI actualmente se estima que sucederá entre 2020 y 2040. Entre 1979 (año desde el que hay registros fiables de satélite) hasta el 2000, la disminución apenas fue apreciable. Sin embargo a partir del año 2000 la banquisa comenzó a descender de forma acusada hasta marcar un mínimo de la serie en 2007 con apenas 4,3 millones de Km2 frente a los 7 millones de Km2 habituales en el periodo 1979-2000, y estando un 26% por debajo del anterior mínimo del año anterior, el 2006. En 2012 se ha batido dicho récord con 3,5 millones de Km2. Aunque parezca un suceso remoto, parece ser que la zona ártica es determinante en la caracterización del clima de las latitudes medias.



Alhambra nevada

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Hace frío en mi pueblo, ya no hay calentamiento global


Esta es la sesuda reflexión de muchos creadores de opinión de los medios de comunicación, y de muchas personas que oyen hablar de calentamiento global, salen a la calle y se quedan helados.
Después de tres inviernos consecutivos de Oscilación Ártica, muchos "escépticos" del calentamiento global se frotan las manos pensando que los científicos que dicen que el clima se calienta son unos pardillos y unos ignorantes mientras que ellos unos "iluminados" saben que el clima oscila y ahora estamos en una fase fría, a pesar de que el 2010 será el año más cálido desde que hay registros instrumentales.


Temperatura global
Fig 1. Temperaturas globales (http://www.skepticalscience.com/)

Díselo a los Parisinos o a los Neoyorquinos....


                                 Fig. 2 Nevada en Nueva York 27-12-2010.

El caso es que buena parte de lo que se llama occidente, vivimos en Europa y en la costa Este de los Estados Unidos, región relativamente pequeña y muy influenciada por un fenómeno que se llama Oscilación Ártica y su hermana pequeña la Oscilación del Atlántico Norte.

Oscilación Ártica


Y dicha oscilación provoca irrupciones de masas de aire ártico en Europa y La costa Este de los EEUU, con los consiguientes efectos que estamos viendo en los telediarios.

También hay muchos que consideran la cantidad de nieve caída como indicadora de la temperatura: Si nieva mucho hace mucho frío y si nieva poco no, piensa mucha gente. Pues la temperatura se mide con termómetros, y a -20 ºC la humedad de la atmósfera es tan baja que apenas caerán unos copos mientras que a -5 ºC puede haber mucha más humedad y caer grandes nevadas. Las grandes nevadas más bien lo que indican es que hay mucha humedad, no que haga mucho frío.

Temperatura en 2010 en Irlanda y Holanda
Fig.3 Anomalía de temperatura en Dublín (Irlanda) y Den Helder (Holanda) entre el 26 de Noviembre y el 26 de Diciembre de 2010. Fuente NCEP-NOAA.

Pero ¿que pasa en el resto del mundo? Pues nada o casi nada, sigue calentándose poco a poco con los altibajos característicos de los sistemas caóticos.

Anomalía temperaturas en Kenya y Mongolia en 2010


Fig.4 Anomalía de temperatura en Mandera (Kenya) y Ulan Bator (Mongolia) entre el 26 de Noviembre y el 26 de Diciembre de 2010. Fuente NCEP-NOAA

¿Le preguntamos a los islandeses o a los inuit de Groenlandia y Nunavut? A lo mejor, provincianos ellos nos cuentan que están viviendo los inviernos más cálidos que recuerdan, lo cual tampoco tiene mucho que ver con el calentamiento global si no más bien con la otra cara de la Oscilación Ártica.

Anomalía de la temperatura en Canadá
Fig.5 Anomalía de temperatura en Clyde y Baker Lake (Canadá) entre el 26 de Noviembre y el 26 de Diciembre de 2010. Fuente NCEP-NOAA

Total que cada uno cuenta como le va y considera que su pueblo es el mundo, como no podía ser menos.


Debajo de todo esto subyace la exponencial creciente de concentración de CO2 que tira de la temperatura global hacia arriba, aunque muchos dicen que en los años 70 se emitía mucho CO2 y la temperatura mundial bajaba, como si el clima SOLO dependiese del CO2 y no de otros factores, y no tuviese derecho a altibajos decenales como los ha tenido siempre. Y otros o los mismos iluminados nos deleitan con su sabiduría y nos dicen: "el sol idiota, el sol" Ah!, claro el sol, ahora resulta que los científicos (climatólogos ellos) son tontos y en todos estos siglos no han caído o no se les ha ocurrido que el motor del clima es el sol y que la variación de la constante solar modifica el clima. Por eso andan como locos echando la culpa al CO2 por el calentamiento y no se les ocurre que es el sol. Pues si los científicos echan la culpa al CO2 y otros gases de invernadero, es por que se ha visto que la irradiancia solar está estable o descendiendo desde hace décadas mientras la temperatura sigue subiendo, y la inercia térmica del océano tampoco parece viable a la vista de las gráficas y los datos.

Temperatura mundial frente a irradiancia solar
Fig 6. Temperaturas globales vs actividad solar (http://www.skepticalscience.com/)

El caso es que a pesar del frío de estos últimos inviernos, el clima a nivel global sigue en la cúspide de los registros termométricos.

Esperaremos a la próxima ola de calor veraniega para devolver la cordura a los creadores de opinión.