Monte Perdido

Monte Perdido

sábado, 21 de octubre de 2023

El glaciar del Monte Perdido (evolución histórica)

Descripción

El macizo de Monte Perdido es quizás uno de los más espectaculares y conocidos del Pirineo por su morfología característica, de singular belleza, y sus dimensiones. La cima que le da nombre alcanza los 3.355 m y el macizo se desarrolla con amplitud en las cabeceras de dos de los valles más representativos de la cordillera, como son el de Ordesa y el de Pineta. Ambos drenan sus aguas hacia el río Cinca. La extensión de la superficie glaciada, aunque en la actualidad muy mermada, es la segunda del Pirineo, detrás de la del Macizo de Aneto-Maladeta.

El  glaciar del Monte Perdido
Vista general del glaciar del monte perdido el 24 de agosto de 2023. Se observa un escalón superior ya muy biselado y el escalón inferior (antiguo intermedio) partido en dos con la parte derecha muy biselada y la parte izquierda perdiendo grosor a gran velocidad. Aquí se pueden consultar las fotos originales y en alta resolución. 

El macizo de Monte Perdido-Marboré forma una cresta de 11 km de longitud orientada de W a E.  Desde el Marboré la cresta se divide en dos ramales con la misma orientación, del Astazou a la Brecha de Tucarroya y del Marboré al Soum de Ramond (3.305 m). En esta última cresta se encuentra el Cilindro (3.327 m) y el Monte Perdido (3.355 m), en cuyas paredes septentrionales se alojaron los glaciares de mayor desarrollo (Cilindro y Monte Perdido). Las formas glaciares se localizan en circos orientados al norte preferencialmente, con 15 circos en los que se alojaron glaciares durante la Pequeña Edad del Hielo PEH (1300-1850).

Al norte, además de glaciares en lengua bien desarrollados, el circo de Tucarroya, amplio valle colgado circundado por el Monte Perdido, Marboré y los Astazou por encima de 2.500 m, constituye uno de  los ámbitos del Pirineo remodelados en mayor medida durante la PEH. Los complejos morrénicos se sitúan en el fondo de valle, ocupando su porción meridional bajo las cumbres de Marboré y Monte Perdido. Éste aloja el glaciar de Monte Perdido, que en el pasado histórico desbordó el circo de Tucarroya hacia Pineta. En el Monte Perdido se observan formas, principalmente morrenas estriadas o fluted moraines. Que hacen pensar en la existencia de diferentes episodios glaciares a lo largo de la PEH, señalados por un cordón externo y continuo con unas morrenas bien conformadas que alcanzaron los 2.450 metros; morrenas estriadas que señalan la posibilidad de una oleada glaciar de poca entidad; y morrenas menores alojadas al pie de los escarpes, en torno a 2.600 m (ver imagen inferior). Existen diversos trabajos que recopilan ilustraciones y fotografías donde es posible ver esta evolución. Deglaciados desde el siglo XIX. Los restos más importantes están en circos orientados al norte, a favor de la umbría y paredes de 200-500 metros.

Acanaladuras morrénicas, o flutes
Acanaladuras morrénicas, o flutes, desarrolladas sobre la morrena de la máxima extensión de la PEH en el glaciar de Monte Perdido a consecuencia del último avance glaciar histórico.


Datación de la secuencia de hielo del glaciar Monte Perdido 

Un estudio del hielo ha determinado las diferentes edades del hielo del glaciar, La frecuencia de las capas de escombros aumenta hacia la parte superior de la secuencia del glaciar, la acumulación de estas capas de escombros es indicativa de una acumulación reducida de hielo y el predominio de los períodos de ablación. Análisis del hielo no han registrado edades de este del período industrial. De hecho, Esto significa que se han perdido más de 600 años de acumulación de hielo asociados con el calentamiento después de 1850.

Adicionalmente, un núcleo de sedimento de 6 m de espesor obtenido en 2011 del Lago Marboré proporcionó información valiosa de los últimos 14.600 años de la evolución depositacional del lago.

 

Hielo glaciar monte Perdido y sedimentos lago Marboré
 Comparación de la relación Plomo/Aluminio Pb / Al y la concentración de Mercurio Hg de sedimentos de peso seco en muestras del glaciar con datos obtenidos de sedimentos del lago Marboré. Tener en cuenta las diferencias en el eje vertical. 

El glaciar está compuesto de hielo de hasta ∼ 2000 años y la historia posterior del glaciar ha involucrado tres períodos principales. El período I fue una fase de acumulación desde el año 0 al 700. El período II representa una fase dominada por la ablación de 700 a 1200, que corresponde al intervalo de la capa oscura, rica  en sedimentos. El Período III corresponde a una nueva fase de acumulación desde el año 1200 al 1400. Este último período concuerda bien con un aumento en los episodios de lluvia intensa durante la estación fría (octubre-mayo) en el sur de los Pirineos Centrales entre 1164 y 1414, lo que probablemente resultó en una mayor acumulación de nieve en las zonas altas. Lo que lleva a una acumulación neta en el glaciar. Finalmente, no se ha encontrado hielo de los últimos 600 años en el glaciar. Esto indica que el hielo de la PEH se ha derretido, lo que apunta a un período de intensa pérdida de masa desde 1850. Cabe destacar la extracción y fundición de Cobre Cu, Plata Ag y Plomo Pb se documentaron históricamente en el valle de Bielsa durante la época preindustrial. De hecho, el glaciar se encuentra a solo 7 km al este de algunos de los yacimientos de plomo y plata más grandes de los Pirineos Centrales (minas históricas de Parzán). El impacto de la contaminación ambiental antigua en ambientes alpinos altos se archiva en la secuencia lacustre del vecino lago Marboré, proporcionando la primera evidencia del transporte a larga distancia de metales traza de actividades históricas de minería y fundición de metales durante el período romano. El enriquecimiento de elementos traza en el registro de hielo glaciar corresponde a actividades mineras durante la antigüedad, la comparación de las relaciones Plomo / Alunimio Pb / Al de los registros fechados de forma independiente del lago Marboré y el glaciar, proporciona más apoyo para esta cronología. En particular, la falta de un pico de Pb / Al que caracterice el período industrial en la secuencia superior del registro glaciar, donde se analizaron varias muestras, respalda la ausencia de registros de los últimos 2 siglos en el glaciar,  la concentración de Mercurio, Hg en el glaciar es uniforme a lo largo de la secuencia de hielo. Las concentraciones de Hg en otros registros de núcleos de hielo muestran un aumento durante el inicio de la industrialización en 1800  con valores máximos típicamente de 3 a 10 veces más altos que los valores preindustriales. En el lago Marboré, el aumento de Hg ocurrido en los últimos 500 años está asociado con la máxima actividad en las minas españolas de Almadén durante el período colonial. 

Final de la glaciación

Las variaciones de los avances y retrocesos glaciares en esta zona de los Pirineos no están aún bien documentadas. En esta cadena montañosa existe un importante desconocimiento sobre las fluctuaciones glaciares del Holoceno, con poca evidencia de avances Neoglaciales. Según las cronologías de los anillos de los árboles pirenaicos. El hielo analizado brinda información valiosa sobre la evolución del glaciar en los últimos 2 milenios,  la información paleoclimática más antigua del Circo Marboré proviene del Lago Marboré, ya que en el circo no se han encontrado depósitos glaciares correspondientes al Pleistoceno superior. Existe evidencia sedimentológica de que el lago Marboré  ha estado libre de hielo desde al menos el inicio del período Bølling (Greenland Interstadial 1; 14.600–12.900 años antes del presente), cuando se depositaron sedimentos clásticos en la cuenca del lago. El glaciar de Pineta principal ya se había retirado más arriba en la cabecera desde hace unos 11 mil años. El Holoceno (últimos 11.700 años) representa el interglacial actual, un periodo cálido y relativamente húmedo que se ha considerado estable en comparación con el estadio glacial anterior (entre hace 120.000 y 11.700 años). Aunque el rango de variación de temperatura durante el Holoceno ha sido menor que durante los periodos glaciares, las reconstrucciones en ambientes continentales han permitido describir grandes variaciones en las precipitaciones y el balance hidrológico, a escala global y regional y tanto a escala de milenios como de pocos cientos de años

Época prerromana

Se han identificado varios avances glaciares durante el Neoglacial (que comenzó hace alrededor de 6000–5000 años). 

morrenas neoglaciares
Se han marcado las morrenas neoglaciares y de la PEH sobre este mapa de google maps.


La morrena más externa del circo de Marboré data de 6900 ± 800 años. Correspondiente al avance Neoglacial, periodo frío identificado en los sedimentos del lago Marboré. Es la fecha holocena más antigua disponible para depósitos glaciares en España, e indica un avance glaciar durante el período Neoglacial . Otros avances menores habrían ocurrido después, como se infiere de tres superficies pulidas fechadas en 3500 ± 400, 2500 ± 300 y 1100 ± 100 años. 

El análisis polínico muestra condiciones climáticas templadas y relativamente húmedas durante el Periodo Húmedo Íbero-Romano. Es difícil confirmar si el hielo basal neoglacial todavía está presente en el glaciar, ya que ninguna muestra de hielo ha sido fechada con una edad neoglacial o incluso más antigua. Aun así, el hielo neoglacial podría haber permanecido en la base del glaciar sin quedar expuesto.

Época romana

Con la nueva cronología del registro del glaciar, se puede asegurar que este ha persistido al menos desde el periodo romano (hace unos 2000 años). Que es un período cálido bien conocido en la Península Ibérica.

Baja edad media

También sobrevivió pero probablemente más pequeño que durante los tiempos neoglaciales anteriores. Esta situación probablemente continuó durante el siguiente período frío, la Edad Oscura  cuando el glaciar avanzó como lo indica la superficie pulida fechada en 1100 ± 100 años.

Óptimo climático medieval

Desafortunadamente, no se ha obtenido información sobre la respuesta del glaciar a los períodos de calentamiento romano o durante la anomalía climática medieval. Lo más probable es que la voluminosa morrena al pie del macizo de Monte Perdido se haya depositado durante la PEH, indicando un importante avance glaciar. La Anomalía Climática Medieval, más árida y seca y con un gran incremento de los porcentajes de polen de olivo y cierto descenso de los taxones arbóreos. Se ha estimado que las temperaturas de verano durante la Anomalía Climática Medieval (ACM; alrededor de los años 900–1300) fueron tan cálidas como las del siglo XX, pero no hay información disponible sobre la respuesta de los glaciares al calentamiento durante esta época.

La anomalía climática medieval (ACM; 900–1300 ) es la era cálida preindustrial más reciente en Europa. El glaciar experimentó un retroceso dramático durante ese período  incluido el derretimiento completo de algunos glaciares menores en el circo de  Marboré. Sin embargo, durante la anomalía climática medieval, se conservó parte del glaciar, ya que se ha encontrado hielo de 700 años. Sin duda, la pérdida de hielo fue significativa, como lo demuestra la acumulación de estratos oscuros durante un largo intervalo de tiempo (años 600–1200) y los solo 6 m de hielo que quedaron de ese período. El glaciar estuvo dominado por procesos de ablación durante la edad media. Es evidente que al final de la edad media el glaciar persistía. Aún se conserva hielo de este periodo.

Pequeña edad del hielo (PEH)

Sobre un glaciar de la edad media tan disminuido, el hielo comenzó a acumularse nuevamente a un ritmo rápido debido  a condiciones más frías y húmedas en las zonas de montaña durante la PEH(1300–1850). En la mayoría de los casos, el PEH fue el período en el que los glaciares de montaña registraron su máxima extensión del último interglaciar del Holoceno, A partir de una gran variedad de proxies, se han identificado varios periodos cálidos y fríos en la Península Ibérica durante la PEH. En el Circo de Marboré se han cartografiado dos generaciones de morrenas de la PEH, cuyo emplazamiento coincidió con las fases más frías de la PEH, es decir, 1620-1715, cuando los glaciares pirenaicos registraron su máxima extensión de los últimos 2 milenios, y en algún momento entre 1820 y 1840, cuando un rápido avance de la masa de hielo se movió sobre la gran morrena dejando surcos y crestas paralelas, las llamadas flautas, como signos de erosión. Estas dos fases frías están muy bien identificadas en el Circo de Marboré. Hoy el glaciar se divide en tres pequeños cuerpos de hielo Comparando la extensión del glaciar al final de la PEH en 1850, según la ubicación de la morrena, y la extensión actual, más de 5 km2 del glaciar han desaparecido, lo que indica que los últimos 150 años probablemente ha sido el período con el mayor derretimiento de los glaciares en los últimos 2000 años. El avance de los glaciares durante la PEH está bien documentado en los Pirineos.

La gran morrena de Monte Perdido y las morrenas más externas, ya individualizadas de los glaciares Occidental y Central, corresponden a la primera etapa de la Pequeña Edad del Hielo (siglos XVII o XVIII). La rápida expansión que se superpone a las morrenas anteriores correspondería a una segunda etapa a principios del siglo XIX. La línea de equilibrio en el máximo de la PEH(pequeña edad del hielo 1300-1850)  en esta época estaba a unos 2700 m.

En 1797 el lago de Marboré estaba libre de hielo glaciar pero este, llegaba justo hasta el borde y entraba verticalmente en el lago [esta observación no se corresponde con la posición de las morrenas] Schrader lo pone en duda (aunque han pasado casi 100 años). Comienza la recesión en 1856-1860 con un pequeño avance hacia 1890,  en 1868 Franz Schrader habla del hielo llegando hasta el mismo balcón de Pineta y termina en forma de domo agrietado (en el balcón de Pineta) .

 

Ilustración de Franz Scharder de 1868 en la que se ve una vista del glaciar del Monte perdido desde  la Zona de Robiñera
Ilustración de Franz Schrader de 1868 en la que se ve una vista del glaciar del Monte perdido desde  la Zona de Robiñera. Se aprecian grietas glaciares ocupando casi todo el ancho del balcón de Pineta. La imagen es exagerada pues las morrenas de la PEH no llegan tan arriba, pero da una imagen bastante precisa del máximo alcance del glaciar en la PEH.

Los pisos intermedio y superior del glaciar, quedan sepultados bajo un manto de nieve en verano de 1872 aunque para ese año el domo casi ha desaparecido. El 21 de agosto de 1872 se produce un enorme alud del piso intermedio donde se observan grietas, seracs  y agujas de hielo.

 

Ilustración del glaciar del Monte Perdido visto desde el lago de Marboré.(F. Schrader, 1874).
Ilustración del glaciar del Monte Perdido visto desde el lago de Marboré.(F. Schrader, 1874).

En 1874 el glaciar tiene 513 hectáreas (está unido el glaciar del Monte Perdido con el del Cilindro-Marboré , y los extintos Glaciar del lago y el de Soum de Rammond  El espesor del piso inferior se estima en 150 metros.

 

Franz Schader – Etudes geographiques et excursions dans la massif du Mont-Perdú (1875).
Franz Schrader – Etudes geographiques et excursions dans la massif du Mont-Perdú (1875).

según el mapa de Schrader de 1874  y otras fuentes históricas, el glaciar entró en contacto directo con la gran morrena en la segunda mitad del siglo XIX el glaciar habría cubierto un área de 5.56 km2 al final de la PEH.

 

Detalle del mapa de F. Schrader
Detalle del mapa de F. Schrader de los glaciares que rodeaban al Monte Perdido en 1874. (fondos de la biblioteca nacional de Francia).

En el año 1894 el pirineista Schrader contabilizó 5 glaciares (Monte Perdido, Soum de Ramond SW y Sur, Cilindro, Cima de Marboré) y estimó su superficie en 556 ha. En 1895 Schader calcula 388 Ha para el glaciar del Monte Perdido y 596 para todo el Macizo del Perdido. 

En 1901 se separa el hielo del glaciar del monte perdido y del glaciar del cilindro.(aparece la gran morrena del perdido) foto inferior. Obsérvese que en la foto superior esta morrena no se aprecia aún, está enterrada por el hielo.

 

gran morrena del perdido
Detalle de la gran morrena que separa el glaciar del Monte Perdido del glaciar del Cilindro. Aquí se pueden consultar las fotos originales y en alta resolución

 

Evolución del glaciar entre 1910 Juli soler I Santaló

Evolución del glaciar entre 1910 (Juli soler I Santaló, Archivo excursionista de Cataluña ) y 2023, la flecha roja señala la misma piedra.

Se pueden consultar las originales de 2023 aquí. 


Época actual

Hacia 1945 el piso inferior se convierte en una capa de hielo sucio. Desde 1946 hasta 1986 se mantiene con pequeños avances. La cascada de seracs desapareció en 1953. El período 1957-81 muestra una cierta estabilización en los retrocesos de todos los aparatos A partir de 1980 empieza a biselarse, pierde espesor y se retiran los frentes, Hacia 1980 se han reducido a 608 hectáreas y 100 hectómetros cúbicos. Las pérdidas en volumen total de hielo entre 1981-1999 se estimaban en 594.259,27 m3 por año (al no existir estimaciones de volumen para los glaciares del macizo en 1981 no es posible apreciar la importancia relativa de estas pérdidas sobre el total inicial de cada masa glaciar). En las observaciones de 1980 se constató la extinción de los tres últimos (que de hecho eran los más reducidos) y la escisión del aparato principal en cuatro (Marboré-Cilindro, Monte Perdido Superior, Monte Perdido Inferior y Soum de Ramond SE), aunque este último ya se consideró un helero.

Hasta mediados del siglo XX el glaciar de Monte Perdido constaba de tres masas de hielo escalonadas, de las que la inferior ya ha desaparecido. Las otras dos masas han entrado en una fase muy regresiva desde la década de 1980, disminuyendo algo en extensión pero sobre todo reduciendo su espesor.

Comparación de la cascada de seracs hacia la primera mitad del siglo XX y 2023,
Comparación de la cascada de seracs hacia la primera mitad del siglo XX y 2023, se han marcado en amarillo el contorno ocupado en la primera foto. 


Adquiere un perfil cóncavo, en 1994 se bisela aún más y tiene pérdidas laterales y frontales, llega a medirse en un punto un espesor de solo 5 metros. En el tramo temporal 1981-2006 se registran los mayores descensos en superficie.

Se evidencia una importante desglaciación. En concreto, el periodo desde los años 80 hasta la actualidad ha sido el más intenso en cuanto al número de glaciares desaparecidos (de 39 glaciares pirenaicos inventariados en 1984 a 19 en la actualidad)

En el glaciar Superior de Monte Perdido las pérdidas de superficie se repartieron por todo su perímetro y, fundamentalmente, por su sector frontal oriental. En el glaciar Inferior de Monte Perdido las pérdidas de superficie se concentraron en el extremo occidental y en su tramo frontal. 

Las pérdidas de espesor, muy notables e igualmente bien distribuidas, dejaban ya entrever el inminente desgajamiento de un nuevo fragmento que se confirmó tras el análisis de las fotografías aéreas verticales de 2006.

Respecto a los elementos que han condicionado la dinámica regresiva observada, el aumento de las temperaturas durante el período de ablación (fundamentalmente las temperaturas máximas, ha sido el factor de mayor repercusión  en el balance de masa glaciar y también el descenso de las precipitaciones nivales durante el período de acumulación. Así, el glaciar medio (ahora inferior) ahora es una masa biselada en su frente, por donde ya no asoma al borde del escarpe, habiéndose registrado pérdidas de espesor de hasta 40 m entre 1981 y 1999 con una pérdida promedio de espesor de hielo de alrededor de 1 m por año desde 1981.

En el caso de los glaciares del circo de Marboré se ha pasado de 238,9 ha a 62,1 ha, que en 2011 se habían reducido hasta 49,2 ha. En 1990 se contabilizan 13 glaciares con 568 hectáreas y 92 Hm3 Gl Monte Perdido 47,5 ha con un espesor frontal de 45 m en 1994 En 1999 300 Ha Gl Monte Perdido en 2002 35 ha  26 + 9 y en 2005 290 Ha En 1994 tiene 43,3 Ha y en 2004 se queda en 36,6 Ha

Comparación sobre cartografía actual de google maps y el mapa de Schrader de 1874
Comparación sobre cartografía actual de google maps y el mapa de Schrader de 1874, se han contorneado en rojo los límites que debieron de abarcar los glaciares realmente (basado en la extensión de las morrenas), se puede apreciar que el mapa de Schrader está algo exagerado, de todas formas hay que tener en cuenta que en aquella época no había fotografías aéreas y la nieve permanecía cubriendo los bordes glaciares durante todo el verano, lo que hacía una tarea realmente difícil establecer los límites glaciares con precisión.


En 1994 se constató la extinción del Helero del Soum de Ramond SE y en 2000 la del Glaciar del Soum de Ramond SW, que había pasado previamente por la categoría de helero. Según las observaciones del año 2007 el estado de este macizo es crítico, pues solamente se conservan dos glaciares propiamente dichos (Monte Perdido Superior e Inferior) y un helero residual (Marboré-Cilindro). No obstante, la superficie glaciada total ocupaba 38 ha, la  segunda en importancia del Pirineo.

 

Evolución de la superficie de los glaciares en torno al Monte Perdido desde la PEH hasta 2007

Evolución de la superficie de los glaciares en torno al Monte Perdido desde la PEH hasta 2007. ERHIN.

La superficie total del glaciar en 2016 era de 0,385 km2, con una disminución promedio del espesor del hielo glaciar de 6,1 m durante el período 2011-2017. Según mediciones recientes de la temperatura del aire (julio de 2014 a octubre de 2017), la isoterma de 0ºC se encuentra a 2945 m sobre el nivel del mar, lo que sugiere que el área potencial de acumulación de glaciares es muy pequeña, quizás inexistente, durante los años cálidos. La temperatura promedio de verano (junio a septiembre) al pie del glaciar de 2014 a 2017 fue de 7.3ºC. No se dispone de observaciones directas de precipitación del glaciar, pero la nieve acumulada máxima a fines de abril en los 3 años disponibles (2014, 2015 y 2017) fue de 3.23 m, y la densidad de nieve promedio medida fue de 454 kg /m3, lo que indica que el equivalente total de agua durante el principal período de acumulación (octubre a abril) ha sido recientemente de aproximadamente 1,5 m. los años 2013-2014 y 2015-2016 mostraron pérdidas muy bajas (−0,07 y −0,35 m respectivamente), o incluso en 2012-2013 el glaciar mostró un incremento medio de volumen de +0,33 m. Las pérdidas de hielo se concentraron los años 2011-2012, 2014-2015 y 2015-2016, con reducciones de 1,8, 1,69 y 2,57 m respectivamente.

Evolución reciente del glaciar del Monte Perdido, cambios entre 2006 y 2023
Evolución reciente del glaciar del Monte Perdido, cambios entre 2006 y 2023, el glaciar se parte en dos. Fotos del Autor. Se pueden consultar las originales de 2023 aquí

El récord de pérdida de hielo fue en 2022 con más de 3 metros y en 2023 aproximadamente otros 3 metros.

 

Evolución reciente de la lengua glaciar (antigua cascada)  del Monte Perdido

Evolución reciente de la lengua glaciar (antigua cascada)  del Monte Perdido, cambios entre 2006 y 2023.

Conclusiones

Fundamentales en el retroceso glaciar son el aumento de las temperaturas durante el período de ablación (fundamentalmente las temperaturas máximas) y el descenso de las precipitaciones nivales durante el período de acumulación.

La tendencia de los últimos siglos de la evolución de los glaciares es claramente regresiva.  Desde entonces la temperatura media ha aumentado en la alta montaña pirenaica entre 0,85 y 1ºC según las estimaciones.

Comparativa del retroceso catastrófico del glaciar del monte perdidode los últimos tres años
Comparativa del retroceso catastrófico de los últimos años, se aprecian grandes cambios en apenas tres años. Foto izquierda cortesía de Álvaro Machuca Puente

Desde el final de la PEH, cuyo último máximo corresponde a la década de 1820, el proceso dominante en el circo de Marboré ha sido la deglaciación.

La tasa reciente de pérdida de masa de hielo es definitivamente más rápida que la de los 4 siglos que abarca la anomalía climática medieval, lo que sugiere que el calentamiento actual en los Pirineos es más rápido e intenso que en cualquier fase cálida anterior de los últimos 2000 años. En las condiciones climáticas actuales, es razonable esperar la desaparición de este glaciar, así como de otros glaciares de los Pirineos y del sur de Europa, en las próximas décadas.

Referencias:

The case of a southern European glacier which survived Roman and medieval warm periods but is disappearing under recent warming

DATOS SOBRE LA NIEVE Y LOS GLACIARES EN LAS CORDILLERAS ESPAÑOLAS  EL PROGRAMA ERHIN (1984-2008)

Dinámica glacial, clima y vegetación en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido durante el Holoceno

EL GLACIARISMO DE LA PEQUEÑA EDAD DEL HIELO EN LAS MONTAÑAS IBÉRICAS. SÍNTESIS Y ESTADO ACTUAL DE CONOCIMIENTO




sábado, 7 de octubre de 2023

El estado actual del clima

Traigo esta vez un resumen del estado actual del clima según los últimos datos obtenidos de publicaciones científicas.

Glaciar Thwaites

El glaciar Thwaites en la Antártida ha sido objeto de un intenso estudio y preocupación entre los científicos del clima en los últimos años. Estas son algunas de las últimas noticias y desarrollos relacionados con el glaciar Thwaites:

En febrero de 2021, un equipo de investigadores del Reino Unido y los EE. UU. completó una expedición de cinco semanas al glaciar Thwaites 

para recopilar datos sobre el hielo y el océano debajo de él. Los investigadores utilizaron una combinación de instrumentos, incluido un submarino autónomo, para medir el espesor del hielo y la temperatura y salinidad del agua. Los datos recopilados ayudarán a mejorar los modelos informáticos del comportamiento del glaciar y cómo se ve afectado por el cambio climático.

La línea de conexión a tierra del glaciar, que marca el punto donde el hielo pasa de descansar en tierra a flotar en el océano, ha retrocedido casi 3 kilómetros en las últimas dos décadas. Este retroceso se ha acelerado en los últimos años, con la línea de puesta a tierra moviéndose tierra adentro 0,4 kilómetros por año entre 2010 y 2018.

El agua cálida del océano está derritiendo el glaciar desde abajo y provocando su retroceso, y que el glaciar es más inestable de lo que se pensaba anteriormente. Sin embargo, los investigadores también notaron que el glaciar aún no está en un punto de retroceso irreversible y que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero podría retrasar su derretimiento.

En general, el glaciar Thwaites sigue siendo un foco importante de investigación y preocupación entre los científicos del clima, debido a su potencial para contribuir significativamente al aumento global del nivel del mar si colapsara.

Estado actual del clima


Nivel del mar

Según estudios e informes científicos, el colapso del glaciar Thwaites se considera una posibilidad en las próximas décadas o siglos, pero el momento y el alcance de tal evento aún son inciertos.

El glaciar Thwaites actualmente está perdiendo hielo a un ritmo acelerado debido a que las cálidas aguas del océano derriten su base. Este proceso de derretimiento podría hacer que el glaciar se volviera inestable y finalmente colapsara, lo que podría elevar el nivel del mar hasta 1,2 metros. Sin embargo, todavía hay muchas incertidumbres y variables en juego, como la velocidad a la que se calentará el océano y cómo responderá el glaciar a las condiciones cambiantes.

Es importante señalar que el colapso del glaciar Thwaites no es una amenaza inminente, y todavía hay tiempo para que los humanos tomen medidas para mitigar los efectos del cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Se estima que el ritmo anual actual de aumento del nivel del mar es de alrededor de 3,7 milímetros por año (mm/año), según el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado en 2021

Esto representa un aumento con respecto a la estimación anterior. de 3,2 mm/año del informe del IPCC de 2013.

La tasa de aumento del nivel del mar se ha acelerado en las últimas décadas, con un aumento de la tasa anual de alrededor de 1,4 mm/año a principios del siglo XX a alrededor de 3,7 mm/año en los últimos años. Esta aceleración se debe en gran medida al derretimiento de los glaciares y las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida, así como a la expansión térmica del agua de mar a medida que se calienta.

El aumento del nivel del mar tiene implicaciones significativas para las comunidades costeras y los ecosistemas, ya que puede provocar inundaciones, erosión e intrusión de agua salada en las fuentes de agua dulce. Se espera que continúe acelerándose en las próximas décadas, y el informe del IPCC advierte que el nivel global del mar podría aumentar entre 0,28 y 0,61 metros para fines de este siglo, dependiendo de las futuras emisiones de gases de efecto invernadero y otros factores.

Dióxido de carbono

El aumento anual actual de dióxido de carbono (CO2) en partes por millón (ppm) es de alrededor de 2,4 ppm por año, según los últimos datos del Observatorio Mauna Loa en Hawái. Estos datos se basan en mediciones continuas de las concentraciones de CO2 en la atmósfera tomadas desde 1958, que han mostrado un aumento constante en los niveles de CO2 a lo largo del tiempo.

Los datos de Mauna Loa muestran que la concentración atmosférica actual de CO2 es de alrededor de 420 ppm, que es la más alta en al menos 800.000 años. El aumento de los niveles de CO2 se debe principalmente a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, que liberan grandes cantidades de CO2 a la atmósfera e interrumpen el ciclo natural del carbono.

Si todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) fueran eliminadas de forma inmediata y permanente hoy, se estima que la temperatura media global finalmente se estabilizaría en un nivel de alrededor de 1 °C por encima de los niveles preindustriales. Esta estimación se basa en modelos climáticos que simulan la respuesta del sistema climático de la Tierra a diferentes niveles de concentración de GEI en la atmósfera.

Sin embargo, es importante señalar que la respuesta del sistema climático a las concentraciones de GEI es compleja e incierta, y existen muchos factores que podrían influir en la temperatura de equilibrio final, incluida la velocidad a la que se eliminan los GEI de la atmósfera, los efectos de mecanismos de retroalimentación y la respuesta de los océanos y las capas de hielo.

Además, incluso si las emisiones de GEI se detuvieran hoy, el clima de la Tierra continuaría calentándose durante algún tiempo debido a la inercia térmica del sistema climático. Esto significa que los efectos de las emisiones pasadas se seguirán sintiendo durante muchas décadas o incluso siglos, y la magnitud y la duración de estos efectos dependerán de la trayectoria futura de las concentraciones de GEI en la atmósfera.

Duplicación del CO2

La relación entre las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) atmosférico y las temperaturas globales es compleja y hay investigaciones en curso en este área. Sin embargo, generalmente se acepta entre los científicos del clima que duplicar las concentraciones atmosféricas de CO2 desde los niveles preindustriales, que eran de alrededor de 280 partes por millón (ppm), conduciría a un calentamiento de la superficie de la Tierra de aproximadamente 1,5 °C a 4,5 °C, con una mejor estimación de alrededor de 3 °C de calentamiento.

Esta estimación, conocida como sensibilidad climática de equilibrio, se basa en una serie de pruebas que incluyen registros climáticos históricos, experimentos de laboratorio y simulaciones de modelos climáticos. Sin embargo, todavía hay cierta incertidumbre en el valor exacto de la sensibilidad climática, e investigaciones recientes han sugerido que podría estar en el extremo superior del rango, más cerca de los 4,5 °C  de calentamiento.

Es importante tener en cuenta que los efectos de calentamiento de las concentraciones elevadas de CO2 no son inmediatos y pueden tardar muchas décadas o incluso siglos en manifestarse por completo debido a la inercia térmica del sistema climático. Además, los impactos del calentamiento variarán regionalmente y dependerán de muchos factores, incluida la cantidad de calentamiento, la tasa de calentamiento y la vulnerabilidad de los ecosistemas locales y las poblaciones humanas.

El tiempo exacto que le tomaría al sistema climático alcanzar un nuevo equilibrio después de que cesaran las emisiones de GEI es incierto y depende de muchos factores, incluida la tasa de eliminación de GEI de la atmósfera, la respuesta de los océanos y la criosfera, y los mecanismos de retroalimentación que podría amplificar o amortiguar el calentamiento.

Además, el derretimiento de las capas de hielo y los glaciares continuaría contribuyendo al aumento del nivel del mar durante muchos siglos, incluso si las concentraciones de GEI se estabilizaran en sus niveles actuales.

Por lo tanto, es importante tanto reducir las emisiones de GEI lo antes posible como adaptarse a los impactos del cambio climático que ya están ocurriendo o que son inevitables debido a las emisiones pasadas.

La temperatura global final alcanzada después de que cesen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el sistema climático alcance un nuevo equilibrio dependería de muchos factores, incluida la cantidad de GEI ya emitidos, la tasa de eliminación de GEI de la atmósfera y los mecanismos de retroalimentación que podrían amplificar o amortiguar el calentamiento.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta estimación asume que las concentraciones de GEI se mantendrán estables en sus niveles actuales y no tiene en cuenta los impactos continuos de las emisiones de GEI pasadas, incluido el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y los cambios en los patrones climáticos y ecosistemas.

Además, la tasa de eliminación de GEI de la atmósfera dependería de muchos factores, incluida la eficacia de las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, el potencial de reforestación y otros cambios en el uso de la tierra, y la medida en que los procesos naturales como la fotosíntesis y la absorción de los océanos podrían absorber el exceso de CO2.

Por lo tanto, si bien es importante esforzarse por reducir las emisiones y trabajar para estabilizar las concentraciones de GEI, también es importante continuar monitoreando y adaptándose a los impactos continuos del cambio climático.