Monte Perdido

Monte Perdido

sábado, 11 de diciembre de 2021

El colapso de la civilización industrial

El sistema socioeconómico actual tiene elementos de resiliencia importantes. Uno es que la alta conectividad aumenta la capacidad de responder rápido ante los desafíos. Por ejemplo, si falla la cosecha en una región, el suministro alimentario se puede garantizar desde otro lugar del planeta  y lo mismo se podría decir de una parte sustancial del sistema industrial.

El colapso de la civilización industrial


Sin embargo, la conectividad también incrementa la vulnerabilidad del sistema, ya que, a partir de un umbral, no se pueden afrontar los desafíos y el colapso de distintas partes afecta al conjunto. El sistema funciona como un todo interdependiente y no como partes aisladas que puedan sobrevivir solas.

A partir de un elemento cualquiera, como la falta de accesibilidad a gas y petróleo, esta carencia se transmite al conjunto. En este sentido, demasiadas interconexiones entre sistemas inestables pueden producir por sí mismas una cascada de fallos sistémicos.

Una mayor conectividad implica que hay más nodos en los que se puede desencadenar el colapso. A esto se añade que el sistema económico altamente tecnologizado depende cada vez de más materiales, de forma que la posibilidad de que falle uno de ellos aumenta y, con ello, el riesgo sistémico. Esto es una aplicación de la ley del mínimo de Liebig, según la cual el recurso disponible en menor cantidad determina todo lo demás. Como estamos viendo ahora con la escasez de microchips.

Pero el capitalismo global no solo está interconectado, sino que es una red con unos pocos nodos centrales. El colapso de alguno de ellos sería casi imposible de subsanar y se transmitiría al resto del sistema. Algunos ejemplos son:

 

i)      Todo el entramado económico depende de la creación de dinero (crédito) por los bancos, en concreto de aquellos que son “demasiado grandes para caer”.

 

ii)  La producción en cadenas globales dominadas por unas pocas multinacionales hace que la economía dependa del mercado mundial. Estas cadenas funcionan just in time (con poco almacenaje), son fuertemente dependientes del crédito, de la energía barata y de muchos materiales distintos. Esto ha provocado el atasco logístico del que aún no hemos salido y no parece que vayamos a  salir ya nunca.

 

iii)     Las ciudades son espacios de alta vulnerabilidad por su dependencia de todo tipo de recursos externos que solo pueden adquirir gracias a grandes cantidades de energía  concentrada y a un sistema económico que permita la succión de riqueza. Pero, a su vez, son un agente clave de todo el entramado tecnológico, social y económico.


En esta maraña interconectada, el colapso  no tendrá una única causa, sino que se producirá por la incapacidad del sistema de solventar una multiplicación de desafíos en distintos planos en una situación de falta de resiliencia: colapsos de Estados, crisis monetarias y financieras, bloqueo de infraestructuras (caída de la red eléctrica , huelgas en el transporte), alzas en los precios de la energía  o de determinados materiales,  etc.

El colapso se da en situaciones de altos niveles de estrés en distintos planos del sistema. Esto fue lo que le sucedió al Imperio romano y a la civilización maya. Por lo tanto, la conectividad jerarquizada es un elemento intrínseco del capitalismo fosilista globalizado que lo hace más vulnerable, aunque no es la única causa de esta vulnerabilidad. Una segunda es la velocidad. En una sociedad capitalista, el beneficio a corto plazo es lo primero. Y estos beneficios se evalúan en tiempos cada vez menores: año, trimestre, semana, día, hora. Esto implica que la capacidad de previsión y de proyección futura sea poca. Además, el capitalismo necesita crecer de forma acelerada.

Un tercer elemento de debilidad es que la sociedad capitalista globalizada se ha convertido en una potente extractora de recursos del planeta, eliminando el colchón con el que afrontar los desafíos que tiene por delante. Bajo esta mirada, las sociedades del pasado eran mucho menos vulnerables a un cambio climático y, sin embargo, este fue el detonante de fuertes transformaciones. A esto se suma la ley de rendimientos decrecientes, que se ejemplifica en que la TRE de los combustibles fósiles no convencionales y las fuentes alternativas se sitúan dentro del “precipicio energético”, haciendo imposible el sostenimiento de la complejidad actual.

La probabilidad del colapso también depende de las tecnologías que se utilicen. Por ejemplo, una tormenta solar no produciría efectos en una sociedad agraria y, en cambio, sería devastadora en una sociedad hipertecnificada, al afectar a los sistemas de comunicación vía satélite y a los aparatos electrónicos. Así, la caída del sistema eléctrico será desastrosa.

No hay tiempo para una transición ordenada que pueda esquivar el colapso. El cambio de la matriz energética conlleva décadas en un escenario de disponibilidad energética al alza.

Una vez asentado un modo de vida urbano, una economía mundializada, un consumo material en aumento y un tamaño poblacional alto, desengancharse del consumo energético que conllevan, requiere un gran cambio civilizatorio.

Ante todo esto, se plantea (más con el corazón que con el cerebro) que el intelecto humano será capaz de esquivar el colapso. Para ello, una de las herramientas principales serán los avances tecnológicos.

El cerebro humano tiene limitaciones para comprender lo sistémico, lo remoto y lo lento y aún más las evoluciones exponenciales, lo cual no quiere decir que no pueda intuirlas y comprenderlas rudimentariamente. Además, los seres humanos reaccionan adecuadamente cuando el límite a partir del cual un comportamiento seguro se torna en peligroso está bien definido, incluso aunque los riesgos no lo estén; pero el colapso de la civilización industrial está plagado de umbrales de difícil definición. Así, se entrará en situaciones de no retorno sin notarlo y, cuando esto suceda, los cambios serán rápidos e imparables.

El colapso de una civilización dura muchas décadas y la reducción es bastante paulatina para la percepción humana, aunque en términos históricos sea rápida. Al principio, las señales son difíciles de percibir para la mayoría de la sociedad; después, se tiende a pensar que cualquier periodo de estabilidad significa que el colapso se ha detenido; finalmente, cuando se acumula la degradación social, este es el estado que se percibe como “natural”. Una prueba histórica de esta incapacidad de las sociedades humanas es que muy pocas, o quizá ninguna, han sido conscientes de que entraban en una crisis civilizatoria. Los grandes cambios en los sistemas socioeconómicos son considerados como tales retrospectivamente. En el caso del Imperio romano, la población no pareció ser consciente de todo el proceso. Sí de las derrotas militares, pero no de la situación de fondo.

Aquí la segunda parte.

Aquí la tercera parte

Referencia: En la espiral de la energía Volumen II

 

 

sábado, 2 de octubre de 2021

La gran escasez

 Ya la tenemos aquí, ya está encima.

Después de décadas advirtiéndola unos e ignorándola otros, ya está aquí:  La gran escasez.

Cuando el matrimonio Meadows nos advirtió en 1972 en el club de Roma sobre los límites del crecimiento, el establishment mediático mundial se abalanzó sobre ellos, para desmontar inmediatamente sus hipótesis descabelladas, igual que ya se hiciera anteriormente con las teorías de Malthus

El atrevimiento de los Meadows consistió en decir que pasadas pocas décadas del comienzo del siglo XXI, los recursos naturales comenzarían a dar signos de agotamiento, llevando al traste la aún mas descabellada y absurda idea del capitalismo occidental del crecimiento infinito.

Los límites del crecimiento

El caso es que ya estamos bien entrados en el siglo XXI y tal y como predijeron los Meadows, comienza a escasear el petróleo, el gas natural, el carbón, las tierras raras, etc. en definitiva comienzan a escasear los recursos naturales y con ellos empieza a haber escasez de todo.

Uno de los productos más críticos para la sociedad industrial que comienza a escasear es el diésel, pues sin él, no hay transporte y sin transporte tenemos el atasco logístico tan de moda ahora.

Producción mundial gasóleo y diésel


Como siempre, la escasez se considera algo "coyuntural" y se echan las culpas a  los cierres temporales de fábricas por la pandemia. Esto se dijo concretamente sobre la escasez de microprocesadores en febrero de 2021. Pero ya estamos en octubre y lejos de remitir, la escasez de microprocesadores se está agravando.
Los precios de la electricidad suben exponencialmente y los del transporte de contenedores también.

Este post no ha hecho más que comenzar y ya van demasiadas cosas y demasiado importantes como para parecer algo coyuntural. Además la escasez de energía está provocando la escasez de todo lo demás, como madera, palets para el transporte, aluminio, y pronto alimentos por el aumento de los precios de transporte y el cierre de fábricas de fertilizantes. China, la fábrica del mundo, a pesar de sus tasas de crecimiento superiores al 6%, también está ajustándose a los límites del crecimiento, teniendo que cerrar fábricas por falta de electricidad.

Reino Unido, gracias al Brexit tiene una coyuntura que lo hace algo más propenso que el resto de Europa a sufrir escasez, así que podemos decir que va unos meses o ¿semanas? por delante del resto de Europa y del mundo. El caso, es que lo que se está viviendo ya en Reino Unido, da miedo.

Las energías renovables no nos sacarán de esta, las placas solares y los aerogeneradores también se fabrican en grandes industrias donde la escasez de casi todo también ha llegado, concretamente los aerogeneradores utilizan gran cantidad de tierras raras, también escasas.

Seguramente me he dejado muchas más cosas que ya escasean, en realidad ya casi escasea de todo y se irá agravando. No hace falta tener una bola de cristal para saberlo, bastan las matemáticas de secundaria: no se puede crecer indefinidamente en un mundo con recursos limitados. Ya hemos tocado los límites del crecimiento, ya están aquí. 

El capitalismo se basa en el crecimiento, así que tenemos a las puertas la mayor recesión jamás vista con el consiguiente desplome de los mercados de valores y la consiguiente crisis económica, esta si, esta ya no acabará nunca. No caigamos en el error de pensar que será "un bache" o algo cíclico.

Esta crisis va tan rápido, que cada día hay muchas noticias nuevas y cada vez más inquietantes. Aquí me hago eco de sólo algunas de ellas.

Muchos medios de comunicación hablan de esta crisis como algo coyuntural , algo que se resolverá pronto, y la confunden con el atasco logístico debido a la pandemia. Son dos cosas interrelacionadas pero completamente diferentes.
comparto un par de enlaces bastante esclarecedores que no se ciegan en el atasco logístico y ven más allá: 



Y a continuación ordenados por fecha, otros enlaces a noticias relacionadas con este tema.






28-10-2021 Programa "Horizonte" de canal Cuatro  El gran apagón 

4-11-2021  Programa "Horizonte" de canal Cuatro Desabastecimiento




sábado, 25 de septiembre de 2021

Comparativa volcán de la Palma antes y después de la erupción de 2021

 A continuación algunas fotos del antes y después de la erupción volcánica en la isla de la Palma en la localidad de Todoque.

Las imágenes del antes son de Google street view.

Comparativa restaurante Altamira, en Todoque. Isla de la Palma

Comparativa restaurante Altamira, en Todoque. Isla de la Palma


Comparativa indicadores en Todoque erupción volcánica


Antes y después erupción volcánica de la Palma 2021


sábado, 12 de junio de 2021

El fin del petróleo

Recientemente Antonio Turiel, compareció  en el senado para explicar la crisis energética y económica que se nos viene encima. La cadena de televisión "La Sexta", ha elaborado un reportaje sobre el tema. 

Antonio Turiel en la Sexta Columna del pasado 11 de junio de 2021 explicando el futuro que nos espera.

Antonio Turiel en la Sexta columna

Las claves del declive del petróleo


El fin del petróleo


viernes, 16 de abril de 2021

Antonio Turiel en el Senado

Traigo unos enlaces a los videos de la comparecencia del pasado 12 de abril de 2021 en la Comisión de Transición Ecológica del Senado español, de Antonio Turiel. Científico y divulgador licenciado en Física y Matemáticas y doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid. 

El pico del petróleo, el cambio climático y el fin del tecno-optimismo empiezan a asomar por las instituciones, esperemos que los senadores tomen buena nota y comiencen a legislar en el mundo real y pensando en el futuro.












miércoles, 31 de marzo de 2021

Calentamiento en Madrid. Temperaturas de Madrid-Retiro, registro 1838-2020

Desde mi última publicación de 2015 se han batido en el observatorio de Madrid-Retiro, récords de temperatura media mensual más alta de la serie en enero, febrero, junio y octubre. Además se ha superado una vez más la temperatura media anual más alta registrada para toda la serie. No se ha registrado ninguno de temperaturas bajas.

Concretamente tuvimos 8,4 ºC en enero de 2016, 10,9 ºC en febrero de 2020, 26,4 ºC en junio de 2017 y 18,7 ºC en octubre de 2017 y nuevo récord de temperatura media anual de 16,72 ºC en 2017.

Temperatura media anual observatorio de Madrid- Retiro 1838-2020
Madrid Skyline

Valores extremos

La mayor parte de los valores máximos de la serie se dan hacia el final de esta serie,  excepto abril y agosto cuyos registros máximos se dan curiosamente al principio de la serie en 1856 y en 1858. Los valores mínimos aparecen al principio de la serie y en un pequeño bloque de 11 años que va de 1977 a 1986.

El mes más frío es febrero de 1901 con 1,9 ºC  y el más cálido julio de 2015  con 29,8 º C que superó el récord de 29,6 ºC de 1856 superando un periodo de retorno de más de 150 años.

El año más frío es 1925 con 12,55 ºC y el más cálido 2017 con 16,72 ºC.

El año más cálido de la serie había sido 1856 con 16,05 ºC pero perdió el récord superado por los 16,07 ºC  de 2014 y los 16,60 ºC de 2015 lo que pone de manifiesto lo excepcional de estos dos años al superar un récord de 158 años dos años consecutivos, 2016 se quedó a una centésima con 16,04 ºC y 2017 supera todos los registros con 16,72 ºC, como ya se ha indicado anteriormente. 2019 supera también el registro de 1856 con 16,09 ºC. resulta ya muy difícil justificar el origen natural de varios eventos que superan un periodo de retorno de más de 150 años cuatro veces prácticamente consecutivas.

Los años más cálidos de todo el periodo quedan del siguiente modo:

1 º   2017    16,72 ºC

2º    2015    16,60 ºC

3º    2019    16,09 ºC

4 º   2014    16,07 ºC

5º    1856    16,05 ºC

Como se puede ver, 1856 pasa de ser récord absoluto (además dudoso, pues no está claro que las medidas de aquella época estuviesen convenientemente estandarizadas) pasa a 5ª posición, superado por cuatro años prácticamente consecutivos.  Además 2016 y 2017 lo superan en más de 0,5 ºC.

Resumen de la serie completa de temperaturas

A continuación se expone como queda la gráfica de las temperaturas para el observatorio.

Temperatura media anual observatorio Madrid- Retiro 1838-2020
Aunque no disponemos de datos entre 1847 y 1853 da la impresión de que se produjo un periodo muy cálido, de hecho se marcó la temperatura máxima de la serie cuyo récord ha permanecido más de 150 años hasta batirse reiteradamente estos últimos años. Después las temperaturas descienden y entran en unos valores que podemos considerar los normales para el observatorio de Madrid-Retiro pues entre 1859 y 1986 las temperaturas oscilan dentro de unos límites por debajo de los 15 ºC, valores que además también se aprecian en el primer tramo de la serie entre 1838 y 1846. Exceptuando 1949 y 1961, años en los que se superan ligeramente los  15 ºC. El resto de años se mantiene estrictamente por debajo de dicha temperatura durante todo el periodo comentado.

En 1987 se rebasan de nuevo los 15 ºC y a partir de dicho año, comienza a rebasarse esta temperatura reiteradamente con registros que parecen cada vez más altos, de modo que en 1989 se alcanzan ya los 15,69ºC superando ya los 15 ºC en más de medio grado, pero lejos de ser un hecho excepcional, se vuelve a rebasar el listón de los 15 ºC el año siguiente 1990 y de nuevo en 1994 y 1995 con 15,84 ºC este último año. En 2011 se rebasan los 16 ºC  y en 2014 cae por primera vez el récord de 1856 con 16,07 ºC batiendo así el récord de una serie superior a 150 años, pero el récord cae de nuevo el año siguiente con 16,60 ºC  en 2015 y en 2017 con 16,72 ºC, además los años que no se ha batido récord ha permanecido por encima de 15 ºC o incluso por encima de 16 ºC de modo que 2010 fue el último año con temperatura por debajo de 15 ºC que se considera el límite superior de la serie.

La huella del calentamiento global

Lo que quiere decir esto, es que lejos de tratarse de un fenómeno puntual, las altas temperaturas se han consolidado ya como algo permanente, lo que pone de manifiesto que el cambio climático no es algo abstracto o algo que vaya a suceder en el futuro. Es un fenómeno que ya se aprecia claramente como podemos ver en los datos, Madrid lleva ya una década con temperaturas medias anuales por encima del valor que se podía considerar máximo entre 1859 y 1986 (periodo de más de 100 años) y no sólo eso, sino que además, lejos de quedarse las temperaturas en torno a los 15 ºC, ya alcanzan valores cercanos a los 17 ºC.

La razón física subyacente a este incremento tan claro y evidente de las temperaturas es bien conocida, razón por la cual sabemos que la temperatura seguirá subiendo (y tal vez lo haga exponencialmente) hasta valores inimaginables y en un periodo de tiempo de décadas, no de siglos.

Si nos atenemos a la temperatura media móvil de los últimos 30 años (tomamos la media de los últimos 30 años y se la asignamos al último año de la serie). En la década (2011-2020) se ha producido un incremento de 0,35 ºC, en la década anterior (2001-2010)  de 0,40 ºC, en la década de (1991-2000)  0,29 ºC, entre (1981 y 1990)  0,23 ºC, y en la década de (1971-1980)  -0,08ºC por fin un descenso. Es decir desde 1971 hasta 2020 la temperatura media ha aumentado 1,36 ºC; en apenas 50 años. Muy por encima de lo que pronostican los modelos a nivel global.

Si consideramos como promedio la temperatura del periodo 1859-1986, tendríamos 13,87 ºC. Considerando la temperatura media de los últimos 30 años para 2020 de 15,41 ºC tenemos un incremento de 1,54 ºC en 2020 respecto al periodo de referencia (arbitrario)  lo cual es aún peor que el mostrado anteriormente. 

Si consideremos un incremento lineal de 0,31 ºC por década, lo que supone la media de incremento de las últimas 4 décadas ( optimista y poco probable pues como se ha dicho anteriormente, según los modelos numéricos de predicción, el incremento tiende a ser exponencial) en la década de 2021-2030 veremos temperaturas medias a 30 años del orden de 15,72 ºC. No olvidar que estamos hablando de medias a 30 años, las medias anuales podrían entonces rebasar ya claramente los 17º C.  En la década de 2031-2040 ya estaríamos en 16,03 ºC con medias anuales posiblemente por encima de los 17,5 ºC.

Finalmente añado una tabla con los datos numéricos de los últimos años de la serie, la serie completa se puede consultar aquí. 

 

Temperatura media anual observatorio de Madrid- Retiro 1838-2020