Monte Perdido

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sábado, 10 de noviembre de 2018

Decrecimiento obligado

Estamos acostumbrados a prosperar. Vemos como a medida que transcurre el tiempo todos en general somos más ricos, aunque siempre puede haber casos concretos de gente que se haya hecho más pobre, pero en general somos más ricos que nuestros padres, y ellos más ricos que nuestros abuelos. Pero no siempre ha sido así. 

Hace apenas 200 años y en algunas zonas rurales incluso menos, todas las generaciones eran igual de ricas o pobres (según se mire). Y la riqueza general dependía más que nada de las cosechas: si eran buenas había abundancia y si eran malas había pobreza, hambre e incluso muerte.

Decrecimento obligado

Nos hemos acostumbrado tanto a este hecho (en la inmensa mayoría de la población ya no quedan personas vivas que hayan conocido otra cosa) que damos por sentado que nuestra prosperidad se debe a nuestro esfuerzo y a nuestro trabajo. ¡¡Craso error!!; nuestros bisabuelos trabajaban más horas, se esforzaban igual o más que nosotros y no sólo no salían de la pobreza, ni tan siquiera eran capaces de salir de la miseria.

Entonces ¿que nos ha hecho ricos?. ¿Las leyes?, ¿la tecnología?, ¿los conocimientos?. 

Si fuera una cuestión de legislación, supongo que desde antes de la época de los romanos seríamos todos ricos, la tecnología ha contribuido a nuestro bienestar, pero lleva con nosotros desde el neolítico y sólo en los últimos 200 años se ha hecho lo suficientemente importante como para pensar que ha contribuido a nuestra riqueza. Y con los conocimientos pasa lo mismo.

Aunque suene a chiste, la riqueza ha salido directamente de debajo de las piedras, concretamente del carbón primero y del petróleo después, así como del resto de combustibles y fuentes de energía.

Toda esa energía gratuita es la que nos liberó del trabajo manual y permitió el desarrollo de tecnologías que se aprovechaban de esa energía.

La tecnología ha sido decisiva para nuestro bienestar y riqueza pero sin energía, su recorrido habría sido escaso, las mejoras tecnológicas habrían contribuido a aumentar nuestra riqueza, pero a un ritmo tan lento que la mayoría de la población no lo habríamos notado. 

La disponibilidad de energía junto con el desarrollo tecnológico ha permitido explotar otras fuentes de energía antes inaccesibles, como la energía nuclear o el gas natural, y también petróleo y carbón cada vez más inaccesibles.

La energía ha permitido desarrollar la tecnología y la tecnología ha permitido desarrollar la energía.

Pero llegará un momento que la demanda energética crecerá más deprisa que la producción y el desarrollo tecnológico no podrá paliar este desfase, incluso la oferta energética comenzará a disminuir, y del mismo modo que la energía a permitido explotar otros recursos, su ausencia, nos privará de ellos, es decir un petróleo cada vez más caro hará que la explotación de las reservas de carbón sea cada vez menos rentable, lo mismo pasará con las de uranio, gas natural e incluso renovables. No tiene mucho sentido pensar que las reservas de carbón son inmensas, si su explotación se hace anti-económica debido a la escasez de petróleo, por mucho carbón que haya, no merecerá la pena extraerlo. Traspasado cierto umbral la caída puede ser brusca.

¿que sucederá entonces?  viviremos en un mundo en el que la inmensa mayoría  en términos generales seremos cada vez más pobres independientemente de lo duro que trabajemos o de lo que nos esforcemos, incluso independientemente de nuestra tecnología. 

Será difícil para gente acostumbrada a prosperar con el tiempo ver como sucede lo contrario y nos empobrecemos con el tiempo, surgirán multitud de mitos y teorías conspirativas para explicarlo ¿les suena? los ricos especulan contra los pobres, se quedan con lo nuestro.

Todos nos empobreceremos cada vez más y pensaremos que la culpa es, no ya de los ricos , sino simplemente de nuestros vecinos. Si el recelo aumenta, acabaremos en guerra con nuestros vecinos, en realidad todos contra todos, y será la primera guerra civil mundial, esta vez sin bandos, todos contra todos. Si no aprendemos a gestionar la escasez y tomamos consciencia de que todos seremos cada vez más pobres, podemos acabar así.

Durante siglos hemos vivido en la miseria y al límite del hambre, pero no conocíamos otra cosa, me pregunto si seremos capaces de afrontar un mundo en el que aunque no lleguemos a la miseria y al hambre tengamos cada vez menos.






2 comentarios:

  1. Hola José Pedro, Te estoy escribiendo desde Ecuador. Desde hace 15 años doy charlas sobre el tema de la economía de crecimiento, avisando el decrecimiento (para no hablar del colapso), la deuda mundial estilo Ponzi. Pero no es fácil captar la atención del público, peor a agricultores que miran a las ciudades como el gran ejemplo de desarrollo. Le felicito con su blog. No nos queda otra que seguir hablando del tema, aunque parece una voz en el desierto. Adelante con los artículos.
    Saludos, Piet Sabbe www.bospas.org

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