Si exceptuamos la teoría de la evolución de Charles Darwin no conozco ninguna otra teoría científica que haya despertado tanta controversia como el calentamiento global antropogénico.
Ni siquiera el efecto túnel mecánico-cuántico parece importar a nadie a pesar de ser mucho más anti-intuitivo y estar tan fuera del sentido común. La tesis del calentamiento global debido a la liberación masiva de gases de invernadero a la atmósfera, principalmente CO2, ha dividido a la opinión pública en dos bandos enfrentados e irreconciliables, además cada persona tiende a posicionarse en un bando dependiendo más bien de su ideología política más que de sus conocimientos sobre el clima.
Un bando se adhiere a las tesis de los climatólogos, podríamos llamarle el bando “ortodoxo” y establece que es urgente la “descarbonización” (cese de emisiones de CO2 y otros gases de invernadero como el metano) total o parcial de la sociedad lo antes posible. El otro bando autodenominado de los “escépticos” niega que el calentamiento sea antropogénico vierte dudas sobre el efecto de los gases de invernadero en el cambio observado o incluso niega que exista un calentamiento.
El hecho de la formación de dos bandos alineados más por su inclinación política que por sus conocimientos de la ciencia del clima, hace pensar que dicho debate no es un tema científico sino más bien un tema político, pues hay un consenso amplio entre los climatólogos de que la teoría es correcta y las discrepancias suelen ser en detalles, nunca en las directrices generales que se establecieron ya en el siglo XIX.
El bando “escéptico” trata de desprestigiar toda la ciencia publicada oficialmente en revistas indexadas revisadas por pares y sobre todo en los más conocidos y mediáticos informes periódicos que emite el organismo de la ONU para el cambio climático conocido por sus siglas IPCC dicho grupo acusa directamente de corruptos a los científicos que aportan sus trabajos para dicho informe, que dicho sea de paso son casi todos los climatólogos del mundo.
Recientemente ha sido publicado el quinto informe del IPCC está firmado por más de 3000 científicos y 110 países. Sin embargo el bando “escéptico” sigue arrojando dudas y desprestigiando al IPCC tachándolo de poco serio o directamente corrupto. Un científico puede ser corrupto, dos científicos pueden ser corruptos, tres…, pero me cuesta creer que más de 3000 científicos sean corruptos. Un país puede tener intereses retorcidos, dos países… pero me cuesta creer que 110 países tengan intereses retorcidos.
Este mismo grupo predica a bombo y platillo la “refutación” del cambio climático antropogénico y el efecto del CO2 sobre la atmósfera como gas de efecto invernadero. En la época nazi se publicó un libro que decía: 100 científicos refutan a Albert Einstein cuando se le preguntó al científico sobre dicho libro, preguntó ¿Por qué 100? Bastaría uno sólo para refutarme. Así funciona la ciencia, no por mayorías sino por evidencias. A día de hoy ningún trabajo ha refutado una sola hipótesis del cambio climático antropogénico.
El tema de la negación o “escepticismo” como uno de los bandos se autodenomina entraría más en el estudio de la sociología que en el de la ciencia del clima, pues se trata ya claramente de una teoría conspirativa. Y han tomado prestado incorrectamente el término escéptico , pues el escéptico va donde le llevan los datos. Las personas de este bando autodenominadas “escépticos” ya ha tomado una decisión previamente y sólo muestran los datos que le llevan a ese resultado. Eso no es ciencia eso es manipulación de la información.
Creo que el debate debería redirigirse hacia las políticas y sobre todo hacia como hacer una transición razonable a un mundo sin emisiones de CO2. Cuando le pregunté a un “escéptico” por qué no dudaba sobre el efecto túnel y si sobre el cambio climático me dijo que el efecto túnel no le “tocaba el bolsillo” y tenía toda la razón. El debate del cambio climático antropogénico no es un debate científico es un debate político (donde hay dinero y políticas en juego) por eso pienso que se debería redirigir hacia ese punto lo cual redundaría en beneficio de los “escépticos” pues atacando la ciencia del clima chocan contra el muro de la verdad cuando no hacen directamente el ridículo negando lo evidente.
Los glaciares no entienden de política, los termómetros tampoco, somos millones de personas los que observamos cada año el adelanto de la primavera y retraso del invierno, temperaturas inusualmente cálidas, migraciones de aves y otros animales cambiadas de fechas, y un larguísimo etc. Aun así hay gente que afirma ciegamente que el clima se está enfriando.
En el otro bando están los ortodoxos, es decir los que aceptan la ciencia oficial y asumen que se está produciendo un calentamiento, como ya he dicho, políticamente coinciden con la ideología contraria. Este bando propugna la “descarbonización” de nuestra sociedad para evitar el cambio climático. El bando contrario alega que eso costaría mucho dinero si es que fuera posible.
Aquí el bando ortodoxo peca de optimista y no acaba de darse cuenta que la “descarbonización” de la sociedad es virtualmente imposible, y que muchas medidas que se proponen de “reducción” de emisiones no son más que medidas “cosméticas” que apenas paliarán el problema, si emites 100 no vas a solucionar gran cosa por emitir 99 o 90. Aun así en este bando hay un exagerado optimismo hacia las energías renovables piensan que se puede sustituir completamente los combustibles fósiles sin necesidad de prescindir de ninguna comodidad de nuestro mundo actual, lo cual es casi tan absurdo como negar la ciencia del cambio climático.
Más chocante es aun que muchas personas de este bando son conscientes del Pico del petróleo y las consecuencias nefastas que tendrá y no acaban de darse cuenta que “descarbonizar” la sociedad sería asumir voluntariamente la llegada del pico del petróleo con todas sus consecuencias. Lo que provocaría grandes hambrunas, pues los más de 7000 millones de habitantes del mundo no se pueden alimentar sin el sistema actual de agricultura industrializada mediante petróleo, abonos sintéticos y pesticidas.
El pico del petróleo y el cambio climático son las dos caras de la misma moneda, agotamos las fuentes de los recursos (pico del petróleo) y saturamos los sumideros (calentamiento global). Mi objetivo no es enfrentarme a ambos bandos “repartiendo” para todos, sino todo lo contrario, trato de centrar el debate en el auténtico meollo de la cuestión: la dificultad de sostener nuestra sociedad en crecimiento infinito con unos recursos limitados (fósiles) que se agotan o con recursos ilimitados pero intermitentes y dispersos (energías renovables) con el objetivo de dejar de perder el tiempo en negar lo evidente (calentamiento global) y en soñar con lo casi imposible (sustitución de combustibles fósiles por renovables).
Además el debate es manifiestamente falso por que como dijo “Faith Birol” tenemos que abandonar el petróleo antes de que él nos abandone a nosotros. Si no es por el calentamiento global habrá que tratar de sustituir el petróleo antes de que se agote, aunque también hay gente muy optimista que piensa que el crecimiento infinito se podrá sostener con recursos finitos de forma indefinida, pero eso es como negar que la tierra se calienta.
De lo que se trata es de “diseñar” una sociedad “descarbonizada”, apeada del dogma del crecimiento infinito y que aproveche de forma eficiente todos los recursos disponibles, sol, viento, mareas, olas etc. Pero siendo conscientes de que para ello hay que hacer sacrificios de decrecimiento pues la sociedad actual no se sostiene sólo con renovables. Pensar en llenar todo de renovables es pensar que las placas y los aerogeneradores se construyen gratis, sin coste energético o de materiales. Las energías renovables son útiles y necesarias pero son insuficientes y limitadas.
Diseñar una sociedad 100% renovable es hoy por hoy tan necesario como imposible, no obstante hay que planificarla antes de que ambas crisis, cambio climático y agotamiento de recursos presionen sobre nosotros. Pretender seguir como hasta ahora sin hacer nada como pretende el bando “escéptico” es la mejor garantía para chocar de frente con el problema cuando ya no tenga solución, pero poner hoy en marcha una tecnología cara y poco desarrollada para prevenir un problema como pretende el bando ”ortodoxo” puede ser más problemático y destructivo que el problema que se pretende paliar. El petróleo, el carbón y el gas, son contaminantes y sucios pero no se pueden pasar por alto los enormes beneficios que reportan a la humanidad.
Hay que de encontrar un equilibrio entre introducción de energías renovables lo que a su vez generará puestos de trabajo e innovación y la sustitución de los viejos métodos, más contaminantes pero más baratos (de momento). El equilibrio debe contemplar que el modelo BAU (Bussiness As Usual) [seguir como se ha hecho habitualmente] es insostenible y se necesitan también adaptaciones, mejora de eficiencia y reducción. La idea fundamental que extraigo de este artículo es que debemos abandonar el crecimiento económico de forma ordenada y encaminarnos hacia un modelo de sociedad de crecimiento cero, si no lo hacemos de forma ordenada la segunda ley de la termodinámica nos lo hará por la fuerza y será mucho peor.
El cambio exigirá grandes esfuerzos, pero será mejor si lo hacemos todos en la misma dirección que enfrentados en dos bandos.
Ni siquiera el efecto túnel mecánico-cuántico parece importar a nadie a pesar de ser mucho más anti-intuitivo y estar tan fuera del sentido común. La tesis del calentamiento global debido a la liberación masiva de gases de invernadero a la atmósfera, principalmente CO2, ha dividido a la opinión pública en dos bandos enfrentados e irreconciliables, además cada persona tiende a posicionarse en un bando dependiendo más bien de su ideología política más que de sus conocimientos sobre el clima.
Un bando se adhiere a las tesis de los climatólogos, podríamos llamarle el bando “ortodoxo” y establece que es urgente la “descarbonización” (cese de emisiones de CO2 y otros gases de invernadero como el metano) total o parcial de la sociedad lo antes posible. El otro bando autodenominado de los “escépticos” niega que el calentamiento sea antropogénico vierte dudas sobre el efecto de los gases de invernadero en el cambio observado o incluso niega que exista un calentamiento.
El hecho de la formación de dos bandos alineados más por su inclinación política que por sus conocimientos de la ciencia del clima, hace pensar que dicho debate no es un tema científico sino más bien un tema político, pues hay un consenso amplio entre los climatólogos de que la teoría es correcta y las discrepancias suelen ser en detalles, nunca en las directrices generales que se establecieron ya en el siglo XIX.
El bando “escéptico” trata de desprestigiar toda la ciencia publicada oficialmente en revistas indexadas revisadas por pares y sobre todo en los más conocidos y mediáticos informes periódicos que emite el organismo de la ONU para el cambio climático conocido por sus siglas IPCC dicho grupo acusa directamente de corruptos a los científicos que aportan sus trabajos para dicho informe, que dicho sea de paso son casi todos los climatólogos del mundo.
Recientemente ha sido publicado el quinto informe del IPCC está firmado por más de 3000 científicos y 110 países. Sin embargo el bando “escéptico” sigue arrojando dudas y desprestigiando al IPCC tachándolo de poco serio o directamente corrupto. Un científico puede ser corrupto, dos científicos pueden ser corruptos, tres…, pero me cuesta creer que más de 3000 científicos sean corruptos. Un país puede tener intereses retorcidos, dos países… pero me cuesta creer que 110 países tengan intereses retorcidos.
Este mismo grupo predica a bombo y platillo la “refutación” del cambio climático antropogénico y el efecto del CO2 sobre la atmósfera como gas de efecto invernadero. En la época nazi se publicó un libro que decía: 100 científicos refutan a Albert Einstein cuando se le preguntó al científico sobre dicho libro, preguntó ¿Por qué 100? Bastaría uno sólo para refutarme. Así funciona la ciencia, no por mayorías sino por evidencias. A día de hoy ningún trabajo ha refutado una sola hipótesis del cambio climático antropogénico.
El tema de la negación o “escepticismo” como uno de los bandos se autodenomina entraría más en el estudio de la sociología que en el de la ciencia del clima, pues se trata ya claramente de una teoría conspirativa. Y han tomado prestado incorrectamente el término escéptico , pues el escéptico va donde le llevan los datos. Las personas de este bando autodenominadas “escépticos” ya ha tomado una decisión previamente y sólo muestran los datos que le llevan a ese resultado. Eso no es ciencia eso es manipulación de la información.
Creo que el debate debería redirigirse hacia las políticas y sobre todo hacia como hacer una transición razonable a un mundo sin emisiones de CO2. Cuando le pregunté a un “escéptico” por qué no dudaba sobre el efecto túnel y si sobre el cambio climático me dijo que el efecto túnel no le “tocaba el bolsillo” y tenía toda la razón. El debate del cambio climático antropogénico no es un debate científico es un debate político (donde hay dinero y políticas en juego) por eso pienso que se debería redirigir hacia ese punto lo cual redundaría en beneficio de los “escépticos” pues atacando la ciencia del clima chocan contra el muro de la verdad cuando no hacen directamente el ridículo negando lo evidente.
Los glaciares no entienden de política, los termómetros tampoco, somos millones de personas los que observamos cada año el adelanto de la primavera y retraso del invierno, temperaturas inusualmente cálidas, migraciones de aves y otros animales cambiadas de fechas, y un larguísimo etc. Aun así hay gente que afirma ciegamente que el clima se está enfriando.
En el otro bando están los ortodoxos, es decir los que aceptan la ciencia oficial y asumen que se está produciendo un calentamiento, como ya he dicho, políticamente coinciden con la ideología contraria. Este bando propugna la “descarbonización” de nuestra sociedad para evitar el cambio climático. El bando contrario alega que eso costaría mucho dinero si es que fuera posible.
Aquí el bando ortodoxo peca de optimista y no acaba de darse cuenta que la “descarbonización” de la sociedad es virtualmente imposible, y que muchas medidas que se proponen de “reducción” de emisiones no son más que medidas “cosméticas” que apenas paliarán el problema, si emites 100 no vas a solucionar gran cosa por emitir 99 o 90. Aun así en este bando hay un exagerado optimismo hacia las energías renovables piensan que se puede sustituir completamente los combustibles fósiles sin necesidad de prescindir de ninguna comodidad de nuestro mundo actual, lo cual es casi tan absurdo como negar la ciencia del cambio climático.
Más chocante es aun que muchas personas de este bando son conscientes del Pico del petróleo y las consecuencias nefastas que tendrá y no acaban de darse cuenta que “descarbonizar” la sociedad sería asumir voluntariamente la llegada del pico del petróleo con todas sus consecuencias. Lo que provocaría grandes hambrunas, pues los más de 7000 millones de habitantes del mundo no se pueden alimentar sin el sistema actual de agricultura industrializada mediante petróleo, abonos sintéticos y pesticidas.
El pico del petróleo y el cambio climático son las dos caras de la misma moneda, agotamos las fuentes de los recursos (pico del petróleo) y saturamos los sumideros (calentamiento global). Mi objetivo no es enfrentarme a ambos bandos “repartiendo” para todos, sino todo lo contrario, trato de centrar el debate en el auténtico meollo de la cuestión: la dificultad de sostener nuestra sociedad en crecimiento infinito con unos recursos limitados (fósiles) que se agotan o con recursos ilimitados pero intermitentes y dispersos (energías renovables) con el objetivo de dejar de perder el tiempo en negar lo evidente (calentamiento global) y en soñar con lo casi imposible (sustitución de combustibles fósiles por renovables).
Además el debate es manifiestamente falso por que como dijo “Faith Birol” tenemos que abandonar el petróleo antes de que él nos abandone a nosotros. Si no es por el calentamiento global habrá que tratar de sustituir el petróleo antes de que se agote, aunque también hay gente muy optimista que piensa que el crecimiento infinito se podrá sostener con recursos finitos de forma indefinida, pero eso es como negar que la tierra se calienta.
De lo que se trata es de “diseñar” una sociedad “descarbonizada”, apeada del dogma del crecimiento infinito y que aproveche de forma eficiente todos los recursos disponibles, sol, viento, mareas, olas etc. Pero siendo conscientes de que para ello hay que hacer sacrificios de decrecimiento pues la sociedad actual no se sostiene sólo con renovables. Pensar en llenar todo de renovables es pensar que las placas y los aerogeneradores se construyen gratis, sin coste energético o de materiales. Las energías renovables son útiles y necesarias pero son insuficientes y limitadas.
Diseñar una sociedad 100% renovable es hoy por hoy tan necesario como imposible, no obstante hay que planificarla antes de que ambas crisis, cambio climático y agotamiento de recursos presionen sobre nosotros. Pretender seguir como hasta ahora sin hacer nada como pretende el bando “escéptico” es la mejor garantía para chocar de frente con el problema cuando ya no tenga solución, pero poner hoy en marcha una tecnología cara y poco desarrollada para prevenir un problema como pretende el bando ”ortodoxo” puede ser más problemático y destructivo que el problema que se pretende paliar. El petróleo, el carbón y el gas, son contaminantes y sucios pero no se pueden pasar por alto los enormes beneficios que reportan a la humanidad.
Hay que de encontrar un equilibrio entre introducción de energías renovables lo que a su vez generará puestos de trabajo e innovación y la sustitución de los viejos métodos, más contaminantes pero más baratos (de momento). El equilibrio debe contemplar que el modelo BAU (Bussiness As Usual) [seguir como se ha hecho habitualmente] es insostenible y se necesitan también adaptaciones, mejora de eficiencia y reducción. La idea fundamental que extraigo de este artículo es que debemos abandonar el crecimiento económico de forma ordenada y encaminarnos hacia un modelo de sociedad de crecimiento cero, si no lo hacemos de forma ordenada la segunda ley de la termodinámica nos lo hará por la fuerza y será mucho peor.
El cambio exigirá grandes esfuerzos, pero será mejor si lo hacemos todos en la misma dirección que enfrentados en dos bandos.
"Por
una política ambiental exitosa, la realidad debe prevalecer sobre las
ilusiones, porque la naturaleza no puede ser engañada." (Richard Feynman)
"El mayor defecto de la raza humana es nuestra
incapacidad para entender la función exponencial"-(Albert Allen Bartlett
-Físico)
https://groups.google.com/forum/?hl=es-419&fromgroups#!topic/ambiente-y-medio/HGULt-m4MIQ
ResponderEliminarEste grupo explica la geopolitica del cambio climatico!
"Escéptico", no había leído ese término refiriéndose a ese pensamiento y bastante he leído yo sobre calentamiento global para no dar argumentos como: "es poco probable que 3000 científicos sean corruptos". Es innegable que hay corrupción dentro de la IPCC, muchas de esas dichosas firmas eran inautorizadas y se dieron muchas demandas. Hubo amenazas contra los que se oponían a un cambio climático de origen antropogénico porque daban razones que hasta la fecha no han sido refutadas por nadie, simplemente asumidas como irrelevantes y aquí te dejo unas cuantas aunque sería recomendable que leyeras sobre esto ("Friends of science" es una buena fuente).
ResponderEliminar*El CO2 no es el gas de efecto invernadero más importante (es el vapor de agua).
*Las famosas gráficas que muestran relación directa entre CO2 y temperatura les falta un factor importante que es el tiempo, el aumento en la temperatura occurió primero que la elevación de CO2.
*El IPCC (única organización con autoridad para muchos) ya aceptó un hecho que venían divulgando los "escépticos" sobre la relación directa entre la actividad solar y el cambio en la temp de la tierra.
*La cantidad de hielo glaciar (Ártico y Antártico sumados) de hecho ha aumentado (esto lo saco de la NSIDC, organismo más importante en la medición de hielo en el mundo).
*Otras cosas pero no me quiero extender.
Yo no digo que el hombre no influya, pero es muy poco comparado con las emisiones de vapor de agua (Océanos y ríos) y la actividad solar (principal regulador del clima después de todo). Claro que debemos cuidar nuestra tierra pero por las razones correctas, por mi parte es un estilo de vida y no lo hago por pensar que "si no la cuido se destruirá".
Si eliminas el CO2 de los modelos no hay forma de explicar el calentamiento observado. El gas que más influye en el calentamiento es el vapor, por supuesto, pero el CO2 hace de disparador, un poco de CO2 calienta lo suficiente para evaporar un poco más de vapor y este dispara el calentamiento.
ResponderEliminarEl CO2 se libera cuando se calienta la tierra (y el océano) pero lo contrario también es cierto.
En el estudio del cambio climático lo mejor es recurrir al registro geológico, mira esto sobre la relación de la temperatura con el CO2 http://monitorizandoelmundo.blogspot.com.es/2014/01/sensibilidad-climatica-incremento-de-la.html
El hielo ártico disminuye año tras año (con altibajos naturales) debido al calentamiento, en antártico aumenta debido a una mayor humedad y al calentamiento, si estás a -55 ºC y subes a -50 ºC tienes un calentamiento claro, más humedad y más hielo por tanto, la Antártida es un lugar muy especial donde no funciona la lógica simplista de a más calor menos hielo.