A
continuación se presenta un estudio similar al anterior sobre las rosas de los vientos pero desglosado por estaciones, con el fin de estudiar las diferentes
situaciones teniendo en cuenta las estaciones del año y su influencia en los
cambios de latitud de los cinturones de borrascas y anticiclones.
Fig.
1 Rosas de los vientos del periodo 1941-2014 desglosado por estaciones.
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En
la Fig. 1 podemos observar que la rosa de los vientos se mantiene muy parecida
con el paso de las estaciones, exceptuando una disminución de los vientos del
Norte en los meses de verano, lo cual concuerda con un aumento de las altas
presiones las cuales invaden la península en su totalidad y cortan el flujo de
viento del Norte, por otra parte la génesis de borrascas sobre Baleares cesa
completamente en esos meses.
El
cese de vientos del Norte se sustituye por un aumento notable del Suroeste SW
en primavera y verano indicando esto en apariencia vientos atlánticos
procedentes del cinturón de borrascas del Oeste, pero en verano domina el
anticiclón de las Azores sobre la entrada de borrascas del cinturón de Oeste,
por tanto este componente tan acusado se debe casi con toda seguridad a
factores orográficos y a un patrón de estabilidad debido a dicho anticiclón
observado en verano y consistente en un flujo de “brisas” procedentes de la
sierra de Guadarrama. Dicho flujo consiste en un mayor calentamiento del aire
durante el día en la sierra y por tanto creación de un flujo ascendente
(“térmica”) que origina una baja térmica local que “tira” de los vientos hacia
arriba creando un flujo ligero del Suroeste (SW). Por la noche una mayor
radiación de la sierra produce un enfriamiento más rápido de la masa de aire
que la rodea y provoca su caída por las laderas creando un flujo ligero del
Norte durante la noche. Estos vientos han sido registrados por los observadores
como Suroeste al hacer dicha observación durante las horas diurnas. Sin embargo
dicha observación suele corresponder con un potente anticiclón sobre las islas
Azores extendiéndose su centro hasta la península y provocando como se ha dicho
situaciones de calma que permiten la creación de dicho patrón de brisas.
Dicha
situación se representa en la figura 2.
Fig.
2 Situación sinóptica típica veraniega que genera calmas que permiten un patrón
diario de brisas.
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El
patrón de la figura 1 es general, es decir presente en casi toda la serie
1941-2014 como veremos a continuación en el desglose 1941-1960 Fig.3
Fig.
3 Rosa de los vientos estacional 1941-1960.
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En
las rosas de los vientos de la Fig.3 podemos ver dos patrones dominantes
claros, el SW y el N, siendo el patrón norte algo más irregular y escaso sobre
todo en verano, y con una pequeña tendencia hacia el abanico NW-NE. Mientras
que el componente SW se mantiene muy abundante sobre todo en primavera y verano.
En verano aumentan los vientos del SW lo cual refuta la hipótesis de que este
viento procede del cinturón de borrascas atlántico pues es en verano cuando
estas son más escasas. Obedeciendo dicho aumento probablemente al patrón de
brisas anteriormente explicado.
La
Fig. 4 muestra los patrones de vientos de 1973 al año 2000 podemos ver un
patrón muy similar a los anteriores, se aprecia una vez más la sustitución de
los vientos del Norte por su componente NW y NE.
Fig.
5 Rosas de los vientos del periodo 2001-2014 desglosado por estaciones.
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Los
auténticos cambios se observan en la figura 5. Podemos observar cómo los vientos
del Norte disminuyen hasta casi cesar completamente y el abanico NW-NE queda distribuido
casi a partes iguales, excepto en otoño que parece observarse un aumento claro
del componente NE respecto al NW y un componente N apreciable. El componente NW
se hace más escaso en verano por lo que se confirma que se trata del antiguo
componente Norte que ha rolado a NW como efecto de la subida de latitud de las
borrascas.
Los
vientos del SE rivalizan ahora con los
del SW con un componente S también muy potente. Fenómeno que se observa en
todas las estaciones excepto en primavera, que disminuye la componente S y SE
(en primavera e invierno) manteniéndose la componente SW debido a que en esta
estación aún queda cierta inercia invernal y mantiene los cinturones de vientos
en valores similares a los de la serie histórica.
Tal
y como se indica en este estudio de los vientos de Madrid, en la zona de vientos
correspondiente a los anticiclones subtropicales los vientos pueden venir
prácticamente de cualquier dirección y son muy variables, lo cual concuerda con
una mayor presencia de dicho cinturón en nuestra latitud en los últimos años.
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