Monte Perdido

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sábado, 16 de enero de 2016

Estudio de los vientos. Rosas de los vientos por estaciones


A continuación se presenta un estudio similar al anterior sobre las rosas de los vientos pero desglosado por estaciones, con el fin de estudiar las diferentes situaciones teniendo en cuenta las estaciones del año y su influencia en los cambios de latitud de los cinturones de borrascas y anticiclones.

Rosas de los vientos por estaciones, Madrid

Fig. 1 Rosas de los vientos del periodo 1941-2014 desglosado por estaciones.



En la Fig. 1 podemos observar que la rosa de los vientos se mantiene muy parecida con el paso de las estaciones, exceptuando una disminución de los vientos del Norte en los meses de verano, lo cual concuerda con un aumento de las altas presiones las cuales invaden la península en su totalidad y cortan el flujo de viento del Norte, por otra parte la génesis de borrascas sobre Baleares cesa completamente en esos meses.

El cese de vientos del Norte se sustituye por un aumento notable del Suroeste SW en primavera y verano indicando esto en apariencia vientos atlánticos procedentes del cinturón de borrascas del Oeste, pero en verano domina el anticiclón de las Azores sobre la entrada de borrascas del cinturón de Oeste, por tanto este componente tan acusado se debe casi con toda seguridad a factores orográficos y a un patrón de estabilidad debido a dicho anticiclón observado en verano y consistente en un flujo de “brisas” procedentes de la sierra de Guadarrama. Dicho flujo consiste en un mayor calentamiento del aire durante el día en la sierra y por tanto creación de un flujo ascendente (“térmica”) que origina una baja térmica local que “tira” de los vientos hacia arriba creando un flujo ligero del Suroeste (SW). Por la noche una mayor radiación de la sierra produce un enfriamiento más rápido de la masa de aire que la rodea y provoca su caída por las laderas creando un flujo ligero del Norte durante la noche. Estos vientos han sido registrados por los observadores como Suroeste al hacer dicha observación durante las horas diurnas. Sin embargo dicha observación suele corresponder con un potente anticiclón sobre las islas Azores extendiéndose su centro hasta la península y provocando como se ha dicho situaciones de calma que permiten la creación de dicho patrón de brisas.

Dicha situación se representa en la figura 2.

situación de calmas y brisas de montaña en el centro de la península ibérica

Fig. 2 Situación sinóptica típica veraniega que genera calmas que permiten un patrón diario de brisas.
El patrón de la figura 1 es general, es decir presente en casi toda la serie 1941-2014 como veremos a continuación en el desglose 1941-1960 Fig.3


rosa de los vientos estacional 1941-1960

Fig. 3 Rosa de los vientos estacional 1941-1960. 



rosa de los vientos estacional 1973-2000

Fig. 4 Rosas de los vientos del periodo 1973-2000 desglosado por estaciones.





En las rosas de los vientos de la Fig.3 podemos ver dos patrones dominantes claros, el SW y el N, siendo el patrón norte algo más irregular y escaso sobre todo en verano, y con una pequeña tendencia hacia el abanico NW-NE. Mientras que el componente SW se mantiene muy abundante sobre todo en primavera y verano. En verano aumentan los vientos del SW lo cual refuta la hipótesis de que este viento procede del cinturón de borrascas atlántico pues es en verano cuando estas son más escasas. Obedeciendo dicho aumento probablemente al patrón de brisas anteriormente explicado.
La Fig. 4 muestra los patrones de vientos de 1973 al año 2000 podemos ver un patrón muy similar a los anteriores, se aprecia una vez más la sustitución de los vientos del Norte por su componente NW y NE.


rosa de los vientos estacional 2001-2014

Fig. 5 Rosas de los vientos del periodo 2001-2014 desglosado por estaciones.

Los auténticos cambios se observan en la figura 5. Podemos observar cómo los vientos del Norte disminuyen hasta casi cesar completamente y el abanico NW-NE queda distribuido casi a partes iguales, excepto en otoño que parece observarse un aumento claro del componente NE respecto al NW y un componente N apreciable. El componente NW se hace más escaso en verano por lo que se confirma que se trata del antiguo componente Norte que ha rolado a NW como efecto de la subida de latitud de las borrascas.

Los vientos del  SE rivalizan ahora con los del SW con un componente S también muy potente. Fenómeno que se observa en todas las estaciones excepto en primavera, que disminuye la componente S y SE (en primavera e invierno) manteniéndose la componente SW debido a que en esta estación aún queda cierta inercia invernal y mantiene los cinturones de vientos en valores similares a los de la serie histórica.

Tal y como se indica en este estudio de los vientos de Madrid, en la zona de vientos correspondiente a los anticiclones subtropicales los vientos pueden venir prácticamente de cualquier dirección y son muy variables, lo cual concuerda con una mayor presencia de dicho cinturón en nuestra latitud en los últimos años.

 Después de 14 años de régimen de vientos prácticamente cambiado parece que se trata de un nuevo patrón que se ha establecido de una forma bastante brusca y que obedece con la subida de latitud del cinturón de borrascas del oeste.

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