En la primera parte se argumentó el por qué la negación del cambio climático debe ser considerada una pseudociencia o una teoría de la conspiración. En esta segunda parte repasaremos algunos principios sobre la manipulación de la información y una serie de puntos para desenmascarar a las pseudociencias.
Cómo manipular la información, o los 11 principios de la propaganda de Goebbels
En esta era en la que algunos gobiernos e instituciones hablan de postverdad (eufemismo para decir que te mienten descaradamente) sin que se les caiga la cara de vegüenza, las reglas de manipulación de masas están más vigentes que nunca, para mantener un espíritu crítico, no está de más recordarlas.
Repasemos los 11 principios de la propaganda postulados por Goebbels y así veremos si coinciden con las estrategias utilizadas para negar el cambio climático.
1. Principio de simplificación y del enemigo único: elegir un adversario y recabar en la idea de que éste es la fuente de todo mal.
Por ejemplo: “los inmigrantes”, “la derecha” o “la izquierda”. El falso cambio climático.
2. Principio del método de contagio: asociar a todos los contrarios en una misma categoría, desconociendo los matices y poniéndolos en un solo grupo: el del enemigo único.
Por ejemplo: “los musulmanes” o “los terroristas”. Los calentólogos.
3. Principio de la transposición: Acusar al adversario de los errores o defectos propios. El ladrón llama ladrón a su adversario para que cuando éste responda sea percibido como el clásico “ahogado que patalea”.
Por ejemplo: El cambio climático es una religión, una teoría conspirativa una pseudociencia.
4. Principio de la exageración y desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña y banal que sea, en un hecho del que depende la supervivencia de la sociedad. Se busca que cada acto del contrario sea visto como sospechoso y amenazante.
Por ejemplo: El climategate, las exageraciones de los informes del IPCC.
5. Principio de la vulgarización: "Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, la masa tiene gran facilidad para olvidar” (Goebbels).
Por ejemplo: Siempre ha habido cambios climáticos, el mundo de los dinosaurios era un mundo tropical y nosotros no estábamos allí para emitir nada. El CO2 ayuda a las plantas a crecer.
6. Principio de orquestación: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas.” (Goebbels). De aquí viene también las famosas frases: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad” y “Miente , miente, miente que algo quedará. Cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”. Se trata de focalizar la atención de los destinatarios en un mensaje continuo.
Por ejemplo: La pausa del calentamiento, o el CO2 no calienta. Los modelos climáticos no funcionan.
7. Principio de renovación: consiste en publicar noticias e ideas que denigren al adversario, en gran cantidad y a gran velocidad. Así el contradictor estará defendiéndose todo el tiempo. Tan básico y sencillo como la transmisión de un rumor o las críticas.
Por ejemplo: La pausa calentamiento, El CO2 es bueno para las plantas, El clima siempre ha cambiado, etc, etc.
8. Principio de la verosimilitud: presentar información aparentemente sustentada en fuentes sólidas, pero que en el fondo se tergiversa o se muestra parcialmente. De lo que se trata es de crear una gran confusión que los ciudadanos tenderán a resolver por la explicación más simple. “Más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil”.
Por ejemplo: La descomposición de las plantas en otoño emite más CO2 que la sociedad industrial; o el hecho de que el CO2 no influyó en algunos eventos de calentamiento rápido. En la Antártida nieva ahora más que antes.
9. Principio de la silenciación: se trata de no realizar debates sobre temas en los que no se tienen argumentos y, al mismo tiempo, hacer palidecer las noticias que favorecen al adversario. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Por ejemplo: Silencio total sobre las últimas gráficas que muestran calentamientos bruscos y alarmantes o disminución sin precedentes de la banquisa ártica y antártica.
10. Principio de la transfusión: valerse de los mitos o prejuicios nacionales o culturales para despertar un componente visceral que aliente determinadas prácticas políticas. Que las ideas terminen siendo sustentadas por las emociones primitivas.
Por ejemplo: Aquí el clima siempre ha sido así.
11. Principio de la unanimidad: convencer a los ciudadanos de que piensan “como todo el mundo”, creando una falsa unanimidad. El deseo instintivo de pertenecer a un grupo hará lo demás. El esquema de Goebbels y sus seguidores se complementa con líderes carismáticos y eslóganes altamente emocionales y muy simples. También con rituales impactantes en donde el color y el sonido son determinantes.
Todo esto consigue sumergir a los ciudadanos libres en una especie de hipnosis de la que por desgracia terminan despertando cuando ya es tarde.
Cómo desenmascarar una pseudociencia
Hay una serie de puntos a seguir para desenmascarar cualquier conspiración o pseudociencia. Si se cumplen estos puntos es un signo casi inequívoco de que te enfrentas a una afirmación pseudocientífica, Uso de terminología aparentemente científica pero usada en forma incorrecta o engañosa.
1. Utilizar hechos anecdóticos como parte sustancial de las pruebas presentadas. A menudo con personas relevantes para dar fiabilidad.
Nevadas intensas, frío extremo, glaciares que avanzan.
2. Afirmaciones extraordinarias o sorprendentes, pero sin las pruebas consecuentemente extraordinarias exigibles.
Los modelos fallan estrepitosamente.
3. Afirmaciones indemostrables o basadas en principios de autoridad o falacias similares.
El CO2 no calienta, los humanos no tenemos capacidad para cambiar el clima.
4. Afirmaciones que contradicen los hechos científicos establecidos. Ausencia de conexión con el resto de la investigación o desprecio de la misma.
El CO2 no calienta.
5. No hay una adecuada revisión por pares, que aunque imperfecta siempre es mejor que nada.
Remiten a enlaces de blogs en vez de a publicaciones científicas.
6. Falta de auto-corrección: Las pseudociencias persisten aun cuando hayan sido refutadas.
El pensamiento escéptico
Resulta paradójico que los negacionistas se autodenominan escépticos, cuando en realidad, si utilizamos el pensamiento escéptico, sus argumentos quedan en entredicho inmediatamente; un escéptico va donde le llevan los datos y las pruebas, un negacionista primero busca un resultado que se adapte a lo que quiere demostrar y después sólo tiene en cuenta las pruebas que le lleven a ese resultado, ignorando las que lo contradicen.
A continuación repasaremos las nueve reglas del pensamiento escéptico que publicó Carl Sagan y siguen valiendo veinte años después de publicarse en su libro El mundo y sus demonios/ The World and It's Demonds: La Ciencia como una luz en la oscuridad
1. Confirmar la realidad.
Siempre que sea posible tiene que haber una confirmación independiente de los «hechos».
Por ejemplo: Los datos termométricos, observaciones de glaciares en retroceso, cambio en las estaciones, menos nevadas. Todos estos datos son observados a diario no sólo por multitud de equipos científicos independientes, sino ya por cualquiera que ponga un poco de interés.
2. La prueba, a debate.
Alentar el debate sustancioso sobre la prueba por parte de defensores con conocimiento de todos los puntos de vista.
3. No confundir experto y autoridad.
Los argumentos de la autoridad tienen poco peso: las «autoridades» han cometido errores en el pasado. Los volverán a cometer en el futuro. Quizá una manera mejor de decirlo es que en la ciencia no hay autoridades; como máximo, hay expertos.
4. Siempre hay más de una hipótesis.
Si hay algo que se debe explicar, hay que pensar en todas las diferentes maneras en que podría explicarse. Luego hay que pensar en las pruebas mediante las que se podría refutar sistemáticamente cada una de las alternativas. Lo que sobrevive, la hipótesis que resiste la refutación en esta selección darwiniana entre «hipótesis de trabajo múltiples» tiene muchas más posibilidades de ser la respuesta correcta que si simplemente nos hubiéramos quedado con la primera idea que se nos ocurrió. (Este problema afecta a los juicios con jurado. Estudios retrospectivos demuestran que algunos miembros del jurado deciden su opinión muy pronto quizá durante los discursos de apertura — y luego se quedan con la prueba que parece encajar con sus impresiones iniciales y rechazar la prueba contraria. No les pasa por la cabeza el método de hipótesis alternativas de trabajo).
5. No aferrarse a una hipótesis por que sea la nuestra.
Se trata sólo de una estación en el camino de búsqueda del conocimiento. Hay que preguntarse por qué nos gusta la idea. Compárarla con justicia con las alternativas. Ver si se pueden encontrar motivos para rechazarla. Si no, lo harán otros.
6. La cantidad es la clave.
Si lo que explica, sea lo que sea, tiene alguna medida, alguna cantidad numérica relacionada, será mucho más capaz de discriminar entre hipótesis en competencia. Lo que es vago y cualitativo está abierto a muchas explicaciones. Desde luego, se pueden encontrar verdades en muchos asuntos cualitativos con los que nos vemos obligados a enfrentarnos, pero encontrarlas es un desafío mucho mayor.
7. Si hay una cadena de argumentación, deben funcionar todos los eslabones de la cadena (incluyendo la premisa), no sólo la mayoría.
Por ejemplo: Como en Siberia nieva más, hace más frío. Esto es falso, en Siberia nieva más, precisamente por que al aumentar la temperatura, aumenta la cantidad de agua precipitable y en los lugares muy fríos como la Antártida o Siberia, esto se traduce en mayores espesores de nieve, pero que cae con temperaturas más altas.
Por ejemplo: Como en Siberia nieva más, hace más frío. Esto es falso, en Siberia nieva más, precisamente por que al aumentar la temperatura, aumenta la cantidad de agua precipitable y en los lugares muy fríos como la Antártida o Siberia, esto se traduce en mayores espesores de nieve, pero que cae con temperaturas más altas.
8. Lo más sencillo suele ser lo más probable.
Esta conveniente regla empírica nos induce, cuando nos enfrentamos a dos hipótesis que explican datos igualmente buenos, a elegir la más simple.
Por ejemplo: Todo apunta a que el calentamiento está provocado por los gases de invernadero, sin embargo los negacionistas se pasan el día buscando “culpables” del calentamiento de los más extraños e inverosímiles.
9. ¿Puede ser falsable nuestra hipótesis?
Las proposiciones que no pueden comprobarse ni demostrarse falsas, no valen mucho. Consideremos la gran idea de que nuestro universo y todo lo que contiene es sólo una partícula elemental —un electrón, por ejemplo— en un cosmos mucho más grande. Pero si nunca podemos adquirir información de fuera de nuestro universo, ¿no es imposible refutar la idea? Tenemos que ser capaces de comprobar las afirmaciones. Debemos dar oportunidad a escépticos inveterados de seguir su razonamiento para duplicar sus experimentos y ver si se consigue el mismo resultado.
Moraleja: un fundamentalista no atiende a argumentos. Solo cambia de opinión quien quiere hacerlo y ello no depende de la calidad de los argumentos.
La ciencia no pretende imponerse: el que quiera aprender que aprenda, y el que quiera equivocarse, está en su pleno derecho a hacerlo en su búsqueda de la felicidad. Es el derecho que más ejercemos, el de equivocarnos.
Referencias:
Curiosamente toda esta entrada puede aplicarse a los partidarios del "Calentamiento Global Acojonante Antropogénico". Las únicas evidencias que existen para explicar el calentamiento de la atmósfera por parte del Hombre es el hecho empírico de que las moléculas de co2 capturan fotones en una determinada banda del infrarrojo y que a mayor temperatura la atmósfera puede almacenar mas cantidad de vapor de agua. Pero de ahí no se infiere que la temperatura de la atmósfera vaya a aumentar catastróficamente, no se infiere porque el ciclo del agua en la atmósfera es casi desconocido. La única evidencia, que no es una evidencia, es la multitud de hojas de cálculo en la que se le introduce un parámetro apropiado para graficar la subida de temperatura debida al aumento de vapor de agua en la atmósfera que se desee ignorando la multitud de factores desconocidos en el ciclo del agua que permitirían un enfriamiento en lugar de calentamiento. De hecho esas hojas de cálculo ya se están equivocando con los pronósticos.
ResponderEliminarCon un simple razonamiento heurístico se puede desmontar toda esa ensoñación calentóloga. Si el mecanismo hipotético en el que se basa el pronostico de calentamiento global catastrófico fuera cierto, entonces en momentos en el que la atmósfera de la Tierra ha llegado a tener no 400 partes por millón de co2 sino hasta 4000 partes por millón, el aumento de vapor da agua en la atmósfera habría sido brutal y la Tierra ya se habría convertido en otro Venus. El efecto invernadero del co2 es auto limitado por la estrecha franja de radiación en la que trabaja.
Cuando en la tierra había 4000 ppm de CO2 el clima se autorreguló impidiendo un calentamiento catastrófico, y esta vez sucederá lo mismo. No hace falta decir que en aquella época crecían bosques en los polos y que en el interior de los continentes se daban condiciones poco "cómodas" para la vida, aunque la mayor parte del globo fuera una inmensa selva tropical. Por supuesto el nivel del mar estaba unos 70 m por encima del actual y los "cambios climáticos" se sucedían en milenos y no en décadas, tampoco había una civilización industrial cotizando en bolsa. Nadie ha dicho que el cambio climático sea una catástrofe, simplemente eso, un cambio climático.
ResponderEliminarCon esos mismos puntos "goebblelianos" puedo justificar lo contrario de lo que alega.Hawking también escribió un libro con pruebas de la existencia de Dios y a continuación otro con las de su inexistencia.
ResponderEliminarYo si creo que hay cambio climático pero no en los términos y por las causas que dice en su artículo. El hombre con su tecnología es culpable de la contaminación y la degradación del medio ambiente.Pero no se habla casi nada de eso y si del " cambio climático".Los fen9menos extremos que estamos sufriendo tienen otras causas.Sin embargo nadie se atreve a luchar contra ellas, especialmente desde que relegaron lo sobrenatural a la estantería de las telarañas sustituyendo a Dios por yoga y espiritualidad sangrienta y/o de mercasillo. Solo interesa engordar la cuenta bancaria con el terrible cambio climático perjudicando el crecimiento de países pobres o en vías de desarrollo. Empiecen acabando con el aborto y la eutanasia y dejen de matar seres humanos.