Monte Perdido

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sábado, 13 de febrero de 2016

Estudio de los vientos: conclusiones


Aquí termina el estudio de los vientos en el entorno de Madrid que he ido publicando en una serie de artículos:


NW y W 

SW y S 




Estudio de los vientos de Madrid



A lo largo de este estudio se ha observado que la mayoría de los años de la serie, prácticamente desde el comienzo de la toma de datos en 1935 (datos útiles a partir de 1941) hasta aproximadamente el año 2000 el siguiente patrón:

 Régimen tradicional (1935-2000).

El régimen de vientos se ha mantenido bastante estable, obedeciendo a un clima estable y definido. Dicho régimen consiste casi exclusivamente en dos patrones:

 1º Un régimen de vientos del Norte N con una desviación marginal hacia el Noroeste NW y Noreste NE marcadamente definido en los meses invernales.

2º Un régimen de vientos abundantes del Suroeste SW en todas las estaciones con un apreciable aumento en los meses de verano.

El primer patrón es consistente con entradas del frente frío polar por el cantábrico durante los meses invernales. Barriendo la península de Norte a Sur y provocando una ciclogénesis sobre la península, la cual es rápidamente barrida hacia el oeste y colocada sobre la costa mediterránea y las Islas Baleares. Este patrón es ayudado por un anticiclón anclado sobre las islas Azores que genera vientos del Norte en la península pero su debilidad isobárica apenas le permite dominar la península, siendo esta barrida por sucesivas borrascas.

El componente Norte más reducido de los meses veraniegos se debe fundamentalmente a vientos flojos procedentes de dicho anticiclón de las Azores que se hace más potente que en invierno.

El Segundo patrón de vientos del SW está de acuerdo con un anticiclón de las Azores prácticamente inexistente, permitiendo la entrada de borrascas del oeste ya formadas sobre el atlántico barriendo la península de Oeste a Este.

También se da con abundancia en situaciones de calma en las que el anticiclón se sitúa sobre la península y se genera una situación de brisas de cordillera las cuales son canalizadas por el valle del Jarama en un claro componente Suroeste SW. Este segundo factor es orogénico y claramente local.

Este patrón descrito dominante en el periodo 1935-2000 obedece claramente a una situación en la que la península se encuentra embebida durante el otoño, invierno y primavera en el cinturón de vientos del Oeste con pasos frecuentes de borrascas y entradas frecuentes sobre todo en invierno del frente polar.

Generándose la mayor parte de las lluvias anuales en este periodo y con tiempo variable y temperaturas frescas y ocasionalmente frías.

Durante el verano la península queda instaurada en el cinturón de calmas subtropicales dominado por un potente anticiclón que genera vientos flojos, tiempo seco y soleado y calores extremos. Este patrón descrito es típico del clima Mediterráneo y se encuadra en el tipo Csa de la clasificación climática de Köpen.

Nuevo régimen de cambio climático (2001-2014).

Sin estar aún confirmado climáticamente debido a que es muy reciente en el tiempo en el año 2000 aproximadamente, se observa una rápida deriva de dicho patrón hacia un régimen de vientos completamente diferente. No siendo descartable una vuelta a la normalidad del régimen próximamente descrito, nos tiene que alarmar la rapidez del cambio y lo drástico de este si se estableciera como un régimen estable en el futuro.

Los años del 2001 al 2005 parecen de transición, es decir van derivando de un régimen a otro y de un año a otro se produce una rosa de los vientos diferente, finalmente da la impresión que a partir de los años 2006, 2007 y 2008 se marca un patrón relativamente estable y presumiblemente podría indicar que se establece en el nuevo régimen de vientos, con pequeñas derivas sobre ese patrón hasta 2014.

El patrón observado en estos últimos años obedece a las siguientes pautas:

1º Se observa la sustitución del antiguo patrón invernal de vientos del Norte con uno del Noroeste NW.

Los vientos del Norte de la primavera, verano y otoño (anticiclónicos) sin embargo son sustituidos por un componente Noreste NE.

El régimen de vientos observado desde aproximadamente 2006-2007 ha estado claramente dentro del nuevo régimen descrito, incluso el cambio se ha profundizado, mostrando récord absoluto (años 2009 y 2014)  precisamente en los vientos del SE que son los que representan un cambio más radical en el nuevo régimen observado.

rosas de los vientos estacionales Madrid

Conclusiones.

Como podemos ver, la distribución de vientos desde comienzo del siglo XXI ha estado en línea con la anomalía detectada desde el año 2001 y especialmente acentuada a partir del año 2006 y no sólo eso sino que la anomalía se ha profundizado con 131 días de vientos del SE lo cual es récord absoluto en 2009 y en 2014. Tan sólo 7 días de vientos del N, en 2009  que también es récord de mínimo absoluto en el registro aunque desde entonces los vientos del Norte se han estabilizado en torno a los 25 días. 38 días de vientos del SW que es el 2º registro más bajo de la serie junto con 2007 que es el mínimo de la serie con 31 días.

Si nos fijamos en el estudio estacional, podemos ver cómo el régimen ha ido a lo largo del siglo XXI hacia un nuevo  patrón con forma en estrella, debido a que las componentes NW y NE y SE y SW se han equiparado entre sí.

La primavera es la única que conserva un SW significativo respecto al resto de vientos, aunque también se observa un aumento considerable de vientos del SE y disminución significativa de SW, En verano se observa un desplome de las componentes NW y un mantenimiento del componente NE. Y en otoño se observa una disminución de todos los componentes excepto el SE y NE.

Una serie de 14 años no marca tendencia en el clima, pero el hecho que desde 2001 y especialmente desde 2006 estos cambios se hayan transformado tan radicalmente y se hayan mantenido en estos parámetros durante 14 años enteros y consecutivos nos debe advertir de un posible cambio climático brusco, que en este caso podría obedecer a la subida definitiva del cinturón de vientos del Oeste, que tradicionalmente invadía la Península durante todo el año excepto en verano, y que actualmente sólo entra durante el invierno y principio de la primavera, quedando nuestras latitudes casi todo el año instauradas en el cinturón de anticiclones subtropicales.

Además la primavera y otoño se ven invadidas por este nuevo patrón cada año durante más tiempo, incluso en invierno se comienza a observar un patrón similar al general que se dio entre el año 2000 y el 2006. Lo cual indicaría una subida adicional del cinturón en los últimos años que posiblemente continúe en años sucesivos, dejando el patrón invernal similar al del resto de estaciones.

¿Qué podemos esperar en el futuro en la Península Ibérica si continúa la actual tendencia debida al calentamiento global?

No hace falta imaginar mucho, ya lo hemos visto:

Inviernos sin apenas precipitaciones y temperaturas suaves.

Veranos tórridos con olas de calor cada vez más largas y más frecuentes.

Sequía endémica.

Entradas árticas cada vez menos potentes y menos frecuentes, produciendo lluvias intensas en el sur y formación de ciclogénesis explosivas cada vez más potentes (pero posiblemente menos frecuentes) en el atlántico.

Lluvias torrenciales en el arco Mediterráneo con eventos mesoescalares cada vez más potentes y sobre más áreas (este-centro peninsular)

Llegadas cada vez más frecuentes de huracanes y tormentas tropicales que no han tenido oportunidad de disiparse debido a un océano atlántico cada vez más caliente.

Formación de depresiones extratropicales en el Mediterráneo y Atlántico, con potencias similares a tormentas tropicales.

Y últimamente anclajes de la corriente de chorro que producen fuertes olas de calor o entradas árticas con varios días seguidos de nevadas pero esto ya es otro asunto muy diferente aunque también relacionado con los vientos.

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