Aunque pasó bastante desapercibida en los medios de comunicación, precisamente por no coincidir con la canícula del verano. El 20 de febrero de 2016 en la península ibérica comenzó una importante advección polvo de origen sahariano impulsada por fuertes vientos del Sudeste que soplaron en todos los niveles de la atmósfera. La advección entró desde el norte de Marruecos por el mar de Alborán y en grandes zonas del sur y el suroeste.
Según el Barcelona Dust Forecast Center, gestionado por AEMET y por el Barcelona Supercomputing Center, la concentración de partículas en nuestra atmósfera fue tal que las deposiciones de polvo fueron superiores a los 10 miligramos por metro cuadrado.
Salida del modelo del Barcelona Dust Forecast Center. |
Una borrasca que afectó a Canarias y la posición de los centros de altas presiones sobre el Suroeste de Europa, provocaron que fuertes vientos a todos los niveles de la atmósfera transportasen toneladas de polvo sahariano a la Península Ibérica.
A consecuencia de ello, las pocas precipitaciones que se registraron fueron acompañadas de polvo, coloreando las calles, vehículos e incluso la nieve de ese peculiar tono tan característico en estas situaciones.
Desde el espacio.
La advección sahariana no pasó inadvertida para los tripulantes de la Estación Espacial Internacional.
Foto del sensor MODIS de la NASA del 21 de Febrero de 2016. |
una vasta nube de arena y polvo soplado hacia el norte desde el desierto del Sahara. La calima a menudo lleva el polvo hacia las Islas Canarias, pero un sistema de baja presión atmosférica tiró de los vientos del norte el 21 de febrero de 2016. A las 14:00, horario local del 21 de febrero, el Espectrómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS) en el satélite NASA Aqua adquirió una imagen de color natural (imagen superior) de polvo barriendo la Península Ibérica.
Otros sensores de satélites, entre ellos el instrumento de vigilancia del ozono en el satélite Aura y el satélite Suomi NPP, detectaron también la entrada de polvo.
Foto de Earth observatory. |
El astronauta británico Tim Peake hizo esta foto desde la Estación Espacial Internacional; (fotografía superior).
El transporte de polvo del Sahara a la Península Ibérica es bastante común, aunque no en Febrero sino coincidiendo con la canícula del verano. Los equipos de investigación han analizado nubes de polvo similares en varias ocasiones. Los investigadores han demostrado, por ejemplo, que la mayor parte del polvo del Sahara que llega sobre la península Ibérica tiende a ser a una altitud de aproximadamente 2,5 a 4,5 kilómetros.
África es la mayor fuente mundial de polvo en la atmósfera, lo que contribuye aproximadamente el 70 por ciento del total. El polvo mineral en el aire desde los desiertos del mundo proporciona nutrientes a la tierra y el mar, y afecta a la atmósfera y el clima.
Las partículas de polvo actúan como pequeños espejitos que aumentan el albedo, es decir, la cantidad de energía solar que es reflejada y devuelta al espacio por lo que en contra de lo que parece contribuye a enfriar el ambiente.
Secuencia horaria del 21-2- 2016 de la webcam de Aventurate.es apuntada hacia la sierra de Guadarrama |
En las imágenes de arriba se aprecia como la atmósfera se fue enturbiando hasta el punto de cegar completamente la visión de la webcam hacia la sierra de Guadarrama.
Febrero un mes propicio para advecciones del Norte. No del Sur
No es una situación anómala. Cada año recibimos alrededor de tres incursiones de polvo sahariano similares, aunque llama la atención en este caso que ha sucedido en febrero, un mes en el que habitualmente esperamos advecciones de aire muy frío del Norte pero no del Sur.
Referencias.
Earth Observatory: Saharan Dust Sweeps over the Iberian Peninsula
Revista RAM: Irrupción de polvo africano: visión desde la ISS
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