Hace un tiempo hice un estudio sobre la viabilidad económica de instalar placas solares fotovoltaicas en mi casa con el objetivo de independizarme de la compañía eléctrica.
El resultado era favorable pero la amortización se producía en unos 24 años con baterías. La opción ideal resultaba no independizarse de la compañía eléctrica sino convertirse en proveedor, es decir volcar a la red el exceso de producción y tomar lo necesario por ejemplo por la noche cuando no hay sol ni producción. En este caso se amortizaba en unos 18 años. La ventaja de este modelo es que abarata y simplifica mucho la instalación pues se evita la parte más engorrosa y cara que son las baterías. Pero en la parte negativa está la legislación (la española en este caso) que obliga a pagar a los suministradores pequeños en vez de devolverles dinero así que económicamente tampoco sale rentable esta opción.
Estos son los componentes principales (excepto la placa solar) de la instalación. A la izquierda la batería, en el centro el regulador y a la derecha los fusibles (no incluidos en el kit). |