Como ya indiqué en la entrada del huracán Ophelia, aunque no se puede determinar que un único huracán sea causado por el cambio climático, el hecho de que cada vez sean más destructivos, más potentes y afecten a zonas que antes estaban libres de ellos, es un claro indicativo de que algo está cambiando.
El verano y el otoño de 2017 han visto una inusual sucesión de huracanes, de intensidad sin precedentes, en el Atlántico Norte y el Caribe. El huracán Harvey causó graves inundaciones en Houston. Irma, fue uno de los dos huracanes más intensos jamás registrados en el Atlántico Norte y arrasó las zonas por donde pasó. María arrasó Puerto Rico y las islas Vírgenes. Tanta destrucción hace preguntarse si el cambio climático no habrá influido en acontecimientos tan extremos. Los expertos van teniendo cada vez más claro cuáles serán las consecuencias en un mundo más cálido.
Huracán Irma en Septiembre de 2017. www.theatlantic.com |