Finalizo aquí la serie de artículos sobre el clima en centro de la península ibérica. La serie completa de artículos se puede consultar al final.
Comencé a escribir esta serie de artículos sobre el clima del centro peninsular pensando descubrir las características principales y los posibles cambios del clima durante los diferentes periodos históricos o prehistóricos. Al analizar estas fases del clima he observado algunos aspectos que no esperaba. Así por ejemplo me ha sorprendido la gran variabilidad dentro de cualquier escala de tiempo, pero siempre dentro de unos rangos muy definidos de temperatura y precipitaciones.
Es decir, esperaba encontrar épocas cálidas y épocas frías así como épocas húmedas y otras secas, sin embargo todos los estudios que he revisado han puesto de manifiesto que tanto las temperaturas como las precipitaciones han permanecido miles de años dentro de los mismos rangos, y sin embargo variando ampliamente dentro de los rangos establecidos, y haciéndolo para cualquier escala de tiempo.
Por ejemplo, en el artículo de los datos dendroclimáticos y de los sedimentos de la laguna cimera, se aprecia que para un periodo de unos 2000 años, las variaciones cálido-frío o húmedo-seco oscilan de forma más o menos aleatoria ya sea a nivel de siglos, décadas, años o meses, pero siempre dentro de los límites que caracterizan el clima del centro peninsular. Por lo que no es del todo correcto decir que dentro de estos últimos 2000 hubiera épocas frías, cálidas o secas y húmedas, salvo tal vez las descripciones de dos o tres siglos que abarcan lo que hemos dado en llamar la pequeña edad del hielo PEH y tal vez el óptimo climático medieval OCM, pero el resto de periodos, aunque se han caracterizado, el periodo romano (0-500) (cálido y seco) la época oscura (501-900) (variable tendiendo a frío húmedo) el óptimo climático medieval (901-1300) la pequeña edad del hielo (frío y húmedo) y la época actual(1851-Hoy). (cálido y seco). Parece ser que estas caracterizaciones son bastante relativas, pudiendo encontrar épocas de signo opuesto dentro de las mismas.
Sólo la pequeña edad del hielo pareció tener temperaturas ligeramente por debajo del promedio (1-2 ºC) aún así con numerosas oscilaciones dentro de dicha época, incluso con veranos cálidos similares a los actuales. La mejor prueba de este descenso de temperaturas, fue el avance de las nieves y hielos en las sierras de Gredos y Guadarrama pero sobre todo (aunque fuera del ámbito de estudio) el avance de los glaciares pirenaicos.
También hay que destacar que actualmente los valores de temperaturas registrados están saliendo claramente de cualquier valor registrado en cualquier época histórica y prehistórica lo que nos debe advertir de un cambio climático real y bastante fuerte. Teniendo que remontarnos a épocas anteriores a los 100.000 años, cuando las condiciones ambientales (insolación) eran muy diferentes de las actuales para encontrar temperaturas similares. Y posiblemente a tiempos muy anteriores 2-3 millones de años para encontrar condiciones similares con niveles de CO2 similares a los actuales. Poniendo el foco en que el clima pliocénico era natural (cambios por procesos geológicos de miles de años) y con tiempo suficiente para que los seres vivos se adaptasen a las nuevas circunstancias, mientras que los cambios actuales se están produciendo en un lapso de tiempo de décadas y son claramente inducidos por el ser humano. Sin dejar tiempo (ni espacio físico) al medio natural para su adaptación.
En cuanto a las precipitaciones, en el centro peninsular no se han apreciado de momento cambios respecto a valores anteriores, lo cual no significa que con este cambio climático que estamos experimentando y que continuará durante cientos de años no se vaya a producir. De momento todo apunta a una reducción de las precipitaciones, aunque como he indicado anteriormente dada la enorme variabilidad de este parámetro todavía no se ha registrado ninguna tendencia clara.
Otra cosa que se ha puesto de manifiesto en esta serie de artículos, es la influencia sobre todo para las precipitaciones, de los patrones atmosféricos de gran escala, sobre todo de la OAN (Oscilación del Atlántico Norte). Que por otra parte no deja de ser un patrón descriptivo (la OAN se observa, pero no se predice) de un índice de presiones y una disposición atmosférica.
Por otro lado, siempre me ha sorprendido mucho y no acabo de comprender, es el papel de las situaciones sinópticas. Pues, da la impresión que prácticamente todo el calentamiento experimentado se debe a un cambio en las situaciones sinópticas, más que a un mantenimiento de las antiguas pero con temperaturas más altas. Me explico:
Por ejemplo los veranos de los años 70 en el centro peninsular se caracterizaban por un potente anticiclón en las Azores que provocaba vientos flojos del norte con temperaturas altas pero bastante llevaderas (30-35ºC) y frecuentes tormentas cada vez que se colaba una baja por el Noroeste peninsular. Pues las situaciones sinópticas influyen fuertemente en las condiciones (temperatura y precipitaciones) si cabe, mucho más que el cambio climático.
Sin embargo los veranos actuales se caracterizan por entradas de aire africano tórrido y cargado de polvo del desierto con un anticiclón de las Azores debilitado que permite borrascas muchas veces estacionarias en el Atlántico central que inyectan aire del Sur a toda la península o incluso la formación de pequeñas altas en el mediterráneo que contribuyen a la inyección de aire cálido del Sur.
Mi pregunta es: en caso de situaciones sinópticas idénticas a las de los años 70 ¿tendríamos temperaturas más altas que en los años 70? ¿cuanto más altas? La respuesta no es fácil, pero sospecho que sería sí a la primera pregunta, en cuanto al calentamiento observado con esas mismas situaciones, seguramente sería mucho menos extremo que los vividos en los últimos años (2022 y 2023).
No cabe duda que el cambio climático ha trastocado la circulación general atmosférica, pero se da el agravante que en la península ibérica el cambio de situaciones sinópticas ha provocado un calentamiento adicional. Dicho sea de paso, si el cambio observado en la península fuese exclusivamente por las condiciones sinópticas, debería por necesidad haber otras regiones en las que este cambio de condiciones haya contribuido a un enfriamiento equivalente, cosa que parece que no se observa. Como mucho parece que hay regiones donde el cambio climático apenas se nota.
Como conclusión final de toda la serie, podemos decir que el clima en el centro peninsular ha estado al menos los últimos 2000 años oscilando de forma natural dentro de los parámetros que lo caracterizan, pero desde hace pocas décadas, el cambio climático ha trastocado las situaciones sinópticas, de modo que el clima del centro peninsular, y está saliendo claramente de sus límites históricos y se desplaza hacia situaciones totalmente desconocidas, pues hay que tener muy claro que el cambio climático que estamos experimentando en todo el mundo está muy lejos de concluir, no ha hecho más que comenzar, y no parará hasta unas décadas (o tal vez siglos) después de que estabilicen los forzadores climáticos (gases de efecto invernadero) que lo han sacado de su zona de equilibrio.
Esta es la serie de artículos sobre el clima en el centro peninsular.
El Plioceno en el centro de la península Ibérica
Calendario climático de Madrid
Calentamiento en Madrid. Temperaturas de Madrid-Retiro, registro 1838-2020
Gran ascenso de la temperatura en Madrid en las últimas décadas
El clima de los últimos 2000 años en el centro de la península ibérica
Historia climática de las montañas del centro de la península ibérica
Precipitaciones de Madrid (Retiro) registro del periodo 1859-2010
Precipitación en Madrid. Carácter y evolución desde 1936
Magnitud y frecuencia de las inundaciones en la cuenca del Tajo durante el último milenio
Estudio sobre los vientos de Madrid
Estudio de los vientos en Madrid: NW y W
Estudio de los vientos de Madrid: SW y S
Estudio de los vientos de Madrid; SE, E y NE
Estudio de los vientos. Rosas de los vientos
Estudio de los vientos. Rosas de los vientos por estaciones
Estudio de los vientos: conclusiones
Comparativa de nieve en la sierra de Guadarrama
La oscilación del Atlántico este: mecanismo e impacto en el clima europeo en invierno
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